jueves, 24 de diciembre de 2009

mi grito cósmico


Me gustaría restañar la herida del mundo,
exiliarme de sus mezquindades,
de sus albaranes estúpidamente rosas,
de la mala gente que da la razón a Hobbes,
estoy harto de la “real politik”,
de la moda de Milán y París,
de la renta fija y de la renta variable;
Sólo tengo sitio en el territorio virgen de la poesía,
donde no hay requisito “sine qua non”,
basta ser la flecha que atravesará
sublime al albatros (…)

sábado, 12 de diciembre de 2009

pensando...

Una vez conocí a un tipo que tenía una manía curiosa: pensaba sus días. Los pensaba enteros, con sus madrugadas y con sus siestas, con sus despropósitos y sus derrotas. Pensaba los días en los que tocaba la temida cena de navidad en casa de sus suegros, o las tardes en que hacía el amor con ella encima del piano. Los pensaba de tal forma que se olvidaba de vivirlos. Solo había sitio para pensamientos a granel, de lunes a domingo, ya fuese invierno o primavera. Pensaba los días pares y los días impares, los días grises y los días luminosos, pensaba los días con la rabia del erizo que se tumba sobre su propio desasosiego…

Pero llego el día menos pensado: y allí quedo él, desacostumbrado a pensar en la muerte indigesta de tantos días sin masticar…

lunes, 30 de noviembre de 2009

los perros sin siesta

Pasolini dice “la libertad es algo intolerable para el hombre que se inventa mil obligaciones y deberes para no vivirla”. Punto y final. Es rotundamente lírica su manera de afinar los pianos de nuestro desasosiego, de gritarnos a la cara lo que no nos atrevemos a decirnos a nosotros mismos cada mañana al asomarnos al espejo empañado de lo cotidiano. No somos ni siquiera libres para sepultar entre olvido y un alud de rocas inconsecuentes nuestra propia libertad. Y es que nos vamos cercenando las uñas, los tobillos coronados de rosas urgentes, la piel irrestricta y rebelde, a medida que vamos viviendo en minúsculas. Respiramos y comemos el pan furtivo de las minúsculas donde todo es más sólido, donde la llaga de la costumbre y la tuberculosis estética gozan de un estatus de jefe de estado macilento y holgazán. Somos, tal vez, unos cuantos perros perezosos que temen abandonar la siesta y su sombra por un futuro nómada de ternuras y geografías inalcanzables…

domingo, 22 de noviembre de 2009

Ellos


Es hora del desgobierno de los libros. La trepidación de una primavera ilustrada que corroe las cuatro esquinas de mi cuarto. Pueden ser doscientos o tal vez trescientos, el caso es que cuidan de mí y de la imaginación cuarteada que recuenta mis páginas y mis días. Al principio estaban sin más, su presencia no era más determinante que un pantalón de pana arrugado encima de la cama, o que la vieja maleta al fondo de una estantería. Pero pronto fueron tomando posiciones, y ahora su dictadura roza la eugenesia lírica de transcurrir. Los zapatos, los lapiceros, la ropa interior, la rosa seca de Praga, las bufandas que se hunden en su verticalidad de felpa, todo se acaba plegando a sus designios con la abnegación furibunda del perdedor. Mi gato se pasea entre ellos. Está de su parte desde el principio. Mi gato conoce el secreto que albergan en sus vísceras cosidas. Los observa días enteros. Ellos asienten ante la cólera hermosa de los ojos del gato.

Ellos trazan las fronteras. Su mano de hierro se extiende a los límites de mi cuarto, en el resto de habitaciones gobierna una asepsia ciega. Allí no llega su capacidad de ensimismamiento, su ensoñarse contra la fe teleológica del paso del tiempo. Fuera de su jurisdicción, los objetos descienden a la categoría de cosas, y respiran, y sudan, e interaccionan con la luz y los espacios abiertos. El gato pasa incólume entre las sillas metálicas de la cocina, o entre el paragüero verde del salón. Él sabe que entre el orden, las esperanzas de una poética de la insurrección son prácticamente nulas. Quiere a los libros. Igual que yo. En el otro lado de las cosas, ellos nos contemplan ansiosos por suministrarnos preguntas y libertad…

viernes, 13 de noviembre de 2009

tal cual me escribo el alma

La complejidad de la vida
depende
de los vectores equivocados
que marcan el sendero hacia la consumación del amor
el amor fuera de la matemática
del gemido
el amor perplejo
en el fondo de un río
dentro de un coche
y las nereidas escriben en las ventanillas
“Érase una vez”…y los ahogados comienzan
a subir a la superficie

el amor de quién en vez de gritar
se corre entregado sobre un colchón imaginario.
El amor distorsiona mundos
y aplaca el relente
sobre jinetes tártaros
el amor
es un desconsuelo
en sí mismo
anteponiendo la maravillosa comunión
de los cuerpos
a un atolón de mares bañados por la irrealidad
el amor de quién en vez de gritar
escribe
para la chica que duerme desnuda
a un millón de años luz…


(me marcho a Polonia. Os llevo conmigo)

sábado, 7 de noviembre de 2009

Los gritos azules del sufrimiento

(por una fotografía en la que salía del palacio de justicia un viejo torturador de una dictadura cualquiera, protegido por unos cuantos polícias ante la rabia de la gente. Una lata de cocacola vuela por los aires en busca del asesino)


Probablemente ese viejo coronel lo único que recuerde de esta fotografía sea el bote de coca cola que vuela por los aires ¿Para qué recordar lo accesorio? Ni los policías pertrechados en sus uniformes verdes con sus gorras de plato, todos rodeándole diligentemente, cumpliendo con su deber, ni los gritos de los muertos, ni la cólera húmeda de la gente a las puertas del palacio de justicia, ni la canícula hiriente de ese día de verano gangrenado. El viejo torturador no recordará su pelo canoso y engominado, su soledad, su rostro azulado, su camisa azul, las voces también azules que vienen del fondo del mar. No se recordará asustado y cobarde, ausente, mirando hacia la nada de sus zapatos manchados de sangre. Mojado, zarandeado, camino de un “vía crucis” sucio donde se rememoran las balas de carabineros somnolientos disparando al relente rabioso de un chaval de diecisiete años. ¿Y para que recordar el daño colateral causado a la aurora? De esa fotografía el coronel se quedará con el bote de coca cola ribeteando el aire también azul con multitud de gruesas gotas doradas, a modo de papel de fiesta y confetis, y él subido en su imaginario y delirante Cadillac descapotable, atravesando ante el fervor del pueblo la quinta avenida de los salvadores de la patria…

martes, 27 de octubre de 2009

INFINITUD



Leyendo a Rodrigo Fresán


Relees a Pound descalzo sobre una tumba vacía

Amas todas las cosas

recluido en “la enana blanca”

que alumbra a los primitivos perros del invierno

Y los años luz

Que legitiman

La voracidad de un poema

que empezó por tu corazón

y se perpetúa en otro ser

allí arriba

en “el fondo (deslumbrante) del cielo”…

domingo, 18 de octubre de 2009

LENGUAS ( Y mi domingo otra vez perdedor )

Tristeza de tarde otoñal, de peces sombríos que se me escurren entre los versos que hoy no consigo escribir. Llegará el viento a testimoniar el piar de los muertos, los naranjos servirán de señuelo para aligerar el remordimiento de las truchas que cabecean tristes bajo las piedras. Y la vida que se abre paso entre organismos unicelulares y lechuzas y espejos que guardan voces de viejos tenores demenciados, y la vida que se abre de piernas,( le pese a quien le pese), buscando el goce de una lengua que ha perdido el miedo al silencio de dos cuerpos que buscan amor…

jueves, 8 de octubre de 2009

MARTIN AMIS


Ayer leí un relato de Martin Amis. Hablaba de umbrales de dolor difícilmente soportables. De la cordura que se rompe en mil pedazos. Hablaba de moteles “made in América” y abluciones al amanecer en lavabos de veinte dólares. No podía despegar la vista del libro, me agarraba a las letras que arderían unos minutos más tarde. Todo el mundo sabe en que consiste la fórmula de la combustión, pero nadie sabe cuando termina el trabajo purificador del fuego. El incendio y su elasticidad lírica para llegar donde nadie ha llegado.

En el relato había un tipo que se levantaba de la cama y se miraba al espejo su insomnio, gris y viscoso como una bestia desubicada. Después quedaba con otro tipo en la recepción de un motel de Portland a las 5:35. Estos a su vez quedaban en el aeropuerto de Newark Internacional con otros tipos. Otros aeropuertos. Todos hablaban con otros tipos a través de teléfonos móviles. Ninguno tenía miedo ¿Ha hecho el equipaje usted mismo? ¿Lleva armas punzantes en su maleta? El día iba a ser extraño, ajeno a la insignificancia de las moscas y sus malos presentimientos.

Vuelvan a sus asientos. Volvemos al aeropuerto. Todo va a ir bien. Que nadie se mueva

En las páginas finales se describía a 900 kilómetros por hora el cielo disímil de Nueva York. Las calles con sus hormigueros estáticos. Queens, Coney Island. El estadio de los “Giants” como una inmensa tarta de chocolate para un muerto. La turbulencia no deja rastro, es aséptica como una brizna de hierba viajando en el queroseno. Los pájaros que anuncian el fin de todas las cosas, se dejan vencer por el viento. Delirio y terror. Quizás apenas podía seguir leyendo, tal vez mirase a otro lado. Iba dentro de ese avión. La torre estaba muy cerca. Vertiginoso tormento. Las 8:46:40…
Permanezco sentado en el sofá. Extenuado. Sobrecogido. Habitante del otro lado. Acabo el relato “Los últimos días de Mohamed Atta"...

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Janis Joplin

Anoche soñé con Janis Joplin, y me dijo que en el infierno no se estaba tan mal.
Ella me susurra que una heroína pura y letal, que te mata a melancolía, recorre las calles del barrio paralelo, tan lejos y tan cerca de San Francisco. Nadie sabe quién la ha puesto en circulación. Es de un blanco infinito, que se asemeja con el baño de un motel cualquiera, donde un “príncipe azul” vomita anfetaminas y soledad...
A estas horas, Janis me confiesa que no fue un accidente. Que lo suyo con el Rock ´n Roll siempre fue en serio. Que odiaba la precisión de las agujas hipodérmicas. Que su música acariciaba la nuca del vendaval. Que todos siempre han tratado de imitar su voz deshilachada...
Que ella es única, y que el crepúsculo absurdo y más hermoso de África resbala por su garganta, eso lo digo yo.
Y me asaltan las preguntas: ¿En que piensa una golondrina cuando atraviesa un basural, Janis?¿ Qué lujurias transitan por el estómago de una esponja? ¿Qué coño pasó aquella noche, la última, Janis? Dímelo, puedes confiar en mí....
¿Te marchas ya? Si has estado muy poco tiempo, y a ti precisamente lo que te sobra es tiempo...
Anoche soñé con Janis Joplin, y ya casi no recuerdo lo que me dijo. Pero esta madrugada es diferente. Esta noche te siento muy cerca. Casi no abro los ojos, pero te intuyo Janis, al fondo de la habitación, con tus ojos perdidos en la oscuridad. Eres la guardiana de mi sueño, balanceándote en tu mecedora de humo, dispuesta a desbaratar el ataque del demonio de la mediocridad, tan pusilánime y mortal como desde los comienzos, hace ya demasiadas primaveras...

lunes, 21 de septiembre de 2009

Se me murió el vencejo entre las manos

"El espejo falso".- Rene Magritte
(Era demasiado inocente para morir...)

Se retuerce
agonizante/
demasiado pequeño
para la muerte/
un estertor de plumas
aún por nacer/
en la palma de mi mano
un angelito pardo
de garras encogidas/
con el sueño de cemento
cerrándole las pupilas/
ya se recuesta
en el ataúd de mis dedos impotentes
(…)
Vacío
de muerte/
sobrecogida la lágrima que lo despide
hacia el abrazo afectuoso de la tierra/
nanas más allá del lenguaje
y del trino esplendoroso de la mañana/
desbordado
por los sueños serenos que duermen
para siempre
en la transparencia de sus alas
inservibles para el viento…

jueves, 10 de septiembre de 2009

Rafael Arocha y los poetas

En mi último viaje a Barcelona conocí a Rafael. Es fotógrafo y sus instantáneas estremecen a las primeras de cambio, son un dentellada sutil, una revuelta hermosa en los arrabales solitarios de la imaginación. Me habló de un proyecto que se traía entre manos, algo ambicioso, sin medias tintas, un camino sin retorno. El proyecto consistía en entablar un diálogo con los poetas industriales (Gil de Biedma, Barral y Goytisolo) y las fotografías de Rafa, un itinerario poético por la ciudad que nos sueña a cada instante. Esa ciudad era Barcelona. Al cabo de unas semanas me propuso hacer un texto de presentación de la exposición, y lógicamente acepté. Era algo totalmente irrechazable. Fue una aventura sumergirme en su trabajo y redescubrir a esos maravillosos poetas en una Barcelona inédita hasta entonces para mí.

El próximo miércoles, 16 de septiembre se inaugura la exposición. Si a alguno le apetece pasarse (yo si todo va bien, estaré por allí ese día), que sepa que el talento de Rafael Arocha lo va a deslumbrar, de eso no tengo ninguna duda. De todas formas la exposición está hasta finales de noviembre, si podéis no dejéis de ir.

Ya os contaré…

Este es el link de la exposición del “Centre de Fotografía Documental de Barcelona” donde están los textos sobre el proyecto, y el lugar y las fechas.


El fotolog de Rafael Arocha, puro terciopelo…

lunes, 31 de agosto de 2009

INTO THE WILD (Hacia rutas salvajes)

A Christopher McCandless....

Un tipo que deja la preciosa casita de clase media de sus padres por un puñado de libros de Borís Pasternak. Un tipo que deja sus ahorros a Oxfam América y se encierra a cal y canto en el viaje vertiginoso a uno mismo. Un tipo que se sabe ganador pero anhela la teología sucia de la perdición. Esta es la historia del “viajero estético”, la singladura de un poeta maldito que ha perdido todos sus versos en el retrete de un motel de carretera.
A mi me dejó herido y deslumbrado. Me duelen las alas de usarlas tan poco. Herido y deslumbrado. Me duelen mis lágrimas y mis dedos. Herido y deslumbrado. Me duele la idea de incendiar el bosque de los aforismos salvajes.
Es imprescindible hacer el viaje. Desprendeos de los calendarios laborales, las prisas, las visitas al dentista, de los carritos del supermercado, del estúpido reloj de pulsera que te jode los instantes con su impaciencia exasperante... La libertad suprema (una lírica forma de amar y de pensar). Todo el mundo sabe que un relámpago (parido de un cielo muerto) alberga la sabiduría de un millón de lamas, pues esta película habla de la tormenta que nos vio nacer y que nos verá morir…

martes, 18 de agosto de 2009

La vuelta

Aqui estoy otra vez. Dispuesto a pecar, a dejarme la piel por las palabras.Os echaba de menos...


Hay una diferencia sustancial
entre
el reflejo de mi rostro
en la pantalla del ordenador
y la escritura como acto de contrición/
Pecamos/
a eso hemos venido
a este sistema solar de quita y pon/ Pecamos
desde que el hombre es un ángel saturado de luz/
Las puertas giratorias del absurdo
nos cierran el futuro
con la misma velocidad
con que abren corredores humanitarios
al pasado/ Vienes a pecar/ a despedazarte
la mirada
con la lluvia de la periferia errante/
a tratar de encontrar la fosa común
donde yace el héroe de todas tus pesadillas/
Venimos a pecar/
estaba en el trato
en una de las cláusulas abusivas
en la letra pequeña
del ojo que todo lo ve
y todo lo calla…

jueves, 23 de julio de 2009

El pasaje

Puedo oír
las dentelladas y los gritos
que quedan suspendidos
en una atmósfera de leones y cristianos.
Dios ya por entonces,
miraba para otro lado,
como ahora que se desentiende
del viejo vagabundo que pasa por nuestro lado,
y que arrastra por la “Vía de los Foros Imperiales”
su viejo carro oxidado,
a rebosar de poemas tristes.
Ese viejo vagabundo
últimamente aparece en todos mis sueños.
El sueño es siempre el mismo.
Él se acerca a ti, y te propone
el último pasaje que le queda libre
en su nave que viaja al fin de las estrellas.
Tú, por supuesto, siempre aceptas...

jueves, 9 de julio de 2009

La paradoja final


Del tsunami que asoló Asia hace unos años, conservo una imagen en la retina. Un tipo que estaba bañándose en una playa normal y corriente, que pudiera estar en Camboya o en Tailandia, pero el caso que en esa lejana playa no había absolutamente nadie salvo él. Ese movimiento sísmico localizado a unos cuantos kilómetros mar adentro, el desperezo del Leviatán en su sillón de una sima oscura dejó vacía de agua la playa, ¿Dónde coño se había ido el océano? Los cangrejos caminando en círculos en torno a su violentada intimidad, las estrellas de mar y su asfixia, el sol censurando airado la conducta poco decorosa de las sirenas varadas, y ese hombre mirando a la nada, a ese infinito turbulento de espuma y algas que segundos después se lo iba a tragar. Pronto todo habrá terminado. Una ola, la última ola que se lo llevará todo, incluso la conciencia húmeda de haber pasado por la Tierra, fugaz y confuso, con los bolsillos vacíos. La corriente eléctrica que pasa de tu interruptor a la bombilla polvorienta de tu muerte.
Sabes que vas a cesar y estáis “solos”, el mar, tú y un cámara de televisión. La vida y la muerte. La paradoja final televisada en “prime time” en el siniestro salón donde ruge el televisor…

martes, 30 de junio de 2009

..................................

Estoy seco. Bien jodido que dirían en una película de gangsters italo-americanos. La musa me ha comido la mirada y la rabia. Despojos y los perros de la siesta. No tengo nada que ofreceros, ni siquiera unas pocas palabras que juntar con un poco de decoro. Nada.
(ella) Me ha pelado la imaginación con las cuchillas tristes del silencio.
Desnudo, me reseco a la intemperie, con la garra helada de un cronopio clavada en el corazón…

Estos días en Barcelona buscaré, buscaré, buscaré…

martes, 23 de junio de 2009

Naturaleza muerta en las inmediaciones de la vida

Le baiser, 1935 (Man Ray)
Las puertas de la percepción
tienen que parecerse a esto.
Un sintagma
apuñalado por la baba inservible
que transpiran los objetos,
muertos escondidos entre los árboles,
poemas biodegradables,
ignífugos los trajes violentos de la poesía,
y el ecosistema
que se muere de infinito
por la irresoluble soledad de los perros.
Si abres la puerta, te pierdes,
te desmigajas al viento sideral de un quejido,
te vas luminoso
por el maldito sumidero de la no- desesperación.
Y firmas por un mundo en construcción,
destartalado,
vajillas habitadas por lagartijas, fotografías
pelotas, caballitos de madera, cajitas de música,
zapatillas mordidas por una mascota que nunca
aprenderá a morderte la nostalgia.
Y el paraíso que se incendia al ritmo que el diablo nos pautó…

martes, 16 de junio de 2009

¿La escritura es para cobardes?

Fotograma de Metrópolis (Fritz Lang)
Cuando te postras desnuda sobre el ensueño
me recuerdas
la INCOMPARABLE libertad que supone
el amor.
Escribir y amar es una forma de morir con las botas puestas
como otra cualquiera.
Presientes
el maremoto:
Las gaviotas alzan el vuelo,
los cangrejos eligen sucumbir
bajo la espuma.
Algo va a ocurrir.
Parecido a esas viejas películas
en blanco y negro,
donde todo es demasiado perfecto,
pero al otro lado de la pantalla
los lobos
se empiezan a impacientar…

martes, 9 de junio de 2009

13, Arial Rounded MT Bold

Mucho calor. Desnudo.
Dos cervezas vacías. Desnudo por fuera y por dentro.
Escribo con un tipo de fuente desconocida
con un tamaño 13
trece mordiscos
trece movimientos sincopados
trece intrascedencias
trece señuelos en la tarde cazadora
trece veces verte y desearte

me siento ágil
por la llanura
semidesierta de mi escritura
en esta tarde calurosa
de ventiladores
de incendios que devoran
el pijama infantil del pirómano
tarde de antílopes descreídos
de gacelas
de ciervos tranquilos
que buscan el verdor de la metáfora
muy cerca
del (agazapado) lápiz violento de mi poesía...

martes, 2 de junio de 2009

palabras ( salvajes )

Agárrate a la mesa como si fueses a salir volando. Coge el papel y muerde el lápiz con dientes y saliva de arcángel malogrado. Es muy tarde para que te bajes en marcha de este tren que lleva parado treinta y siete milésimas en una vía infrecuente; Y el viaje se reanuda sólo en tu imaginación, en tus sueños, en tu mundo moribundo que sabe que volverá a nacer en las estrellas que ahora lo velan.

A medida que ves a las palabras discurrir vertiginosas en sentido contrario, aerodinámicas y eléctricas, las esquivas para no fundirte con el lacerado peso de su artificio. Tienes que mantenerte al margen de ese esplendor, esa aterradora grandilocuencia, esa falsa sensación de calma. Alguien debe bajar las escaleras y llegar a la mierda que se le pega a los zapatos, ellas (las palabras) mean y mienten, tienen pelos y verrugas, y odian levantarse antes de las diez. Se hurgan la nariz delante de desconocidos, se maldicen entre ellas, se desvisten todas juntas en orgías de nubes retorcidas. Ni tú trates de domesticarlas, ni que ellas te domen a ti, ámalas tal como son, salvajes y disfuncionales, diplomáticas e incendiarias. Vete sacando de la sombra una a una de la mano, ponlas dulcemente, recostaditas, apiladas una contra otra en la cama sitiada del poema, bajo la luz artificial. El oxígeno violento de su sudor te agigantará las ganas de volar…

domingo, 24 de mayo de 2009

mataderos / Fase Rem

El sueño. Salvador Dalí.
Hoy he soñado con el rostro informe del caos.
Mis sueños van a cámara lenta.
Según ellos
mi técnica de filmación ha mejorado
sustancialmente desde el último atardecer.
Ellos tan atentos y diplomáticos.
Dicen que existe un lugar
donde se encargan de colorear
el metraje de nuestras pesadillas. Quizás sea un rumor.
Por cierto ¿Cuándo un sueño es sólo un sueño?
¿Y cuándo se le empieza a denominar pesadilla?
Veo que te has quedado sin respuestas.
Si no estás satisfecho con tus sueños,
tal vez deberías frecuentar
las salas de espera
de los mataderos,
donde miles de ovejas eléctricas
recuentan los tallos frescos
de su última primavera....

martes, 19 de mayo de 2009

Teoría (la práctica es otra cuestión)

Juan Genovés Candel.- Hoy como ayer (1973)

( A Mario Benedetti que me contagió la sonrisa)
¿Qué hacer cuando te sientes perdido? No pongas signos de interrogación al miedo. Deja que se persigne tu corredor de apuestas. Tú tan tranquilo siéntate a escribir, a esperar que a la musa la entre un ataque de sinceridad (o en su defecto de pánico). Mete tus ojos en la desesperación, y jódela la fiesta esbozando una sonrisa. Llévate la palabra “belleza” escrita en todos los rincones de tu cuerpo, lo demás no importa nada. Y escribe una broma pesada, tal que así…
La vida se desangra por una tijera de colores.
Jirones de vértigo, ropas calientes
que nos recuerdan la militancia
de las palabras
en nuestros propios huesos. Me siento tangente
el corazón,
mientras ando desnudo por el mercado de abastos
donde
se desangra el sol parido en un sueño.
Oblicuas las palabras,
me salen
manchadas de los amaneceres
que pintaba Pavese en el pasivo de su angustia.
Pero mejor será reír y seguir siendo poeta,
que transfigurarse
en profeta de un dios perdido en la burocracia
extinta de la serpiente.
Sobrevuela el ángel nihilista
entre la lluvia cansada del atardecer…

martes, 12 de mayo de 2009

Tengo ganas de llorar...

La canción más hermosa del mundo...

Antonio Vega (1957-2009)

A estas horas todo está casi dicho. La prensa, las emisoras de radio desempolvan tus discos, los obituarios de mañana con la tinta fresca y con la herida abierta calientan motores. Pero siempre queda algo por decir, siempre…

La primera vez que entendí de veras el significado de la palabra “melancolía” fue al escucharte, cuando peinabas el vendaval y la ola con tu desasosiego de un chico de provincias que nació en Madrid. Lo hacías fácil y terriblemente hermoso, tan sencillo como mearse de gusto por un verso que se te quema feliz en la conciencia.

A estas horas, pongo tus canciones una y otra vez, esperando que me cuentes cosas, las últimas historias. Necesito que me hables, no puedo soportar el silencio esta noche. Necesito sentirme acompañado como tantas otras veces (recuerdas aquella vez que volví de Roma prometiéndome que jamás volvería a enamorarme, no podía hacer otra cosa que meter mis lágrimas en la maleta y destripar poemas con los ojos enrojecidos por el humo de la nada). Yo era un poeta lastimoso al que siempre dabas cancha. Siempre había hueco en tus canciones para otro pobre diablo que corría “con una bestia detrás”.

Ahora que estamos a una distancia equidistante del silencio. Tú en un lado, yo en otro. Pájaros y más pájaros salen de tus dedos. Los gatos desdoblan sus miradas para abandonar la tuya. Los peces de colores se marchan allí donde el río está pariendo con un risa dolorosa un mar pequeñito. El desalojo hermoso. Buscan reencontrarte. Todos han iniciado el viaje. Si, a ese sitio maravilloso del que saliste, y al que ahora vuelves. Si, (vuelve a sonar la música), allí “donde se creó la primera luz”…

(Gracias por todo, Antonio. Nunca te olvidaré.)

sábado, 9 de mayo de 2009

Y la errancia de soñar se hizo mar...

Giovanni Fattori.- Marina al tramondo (1890-1895)

Y el mundo se nos paró en seco. El tiempo se orinó en los pañales de un recién nacido. La madre naturaleza aguantó la respiración (¿tal vez para siempre?). Quizás no se volviesen a dar las condiciones para que surgiera la inercia que hace al sol matarse por la luna. Pero no existe el mañana en estas palabras. El mundo se detuvo y eso es lo que vine a contar.

Nos pilló llorando al lado del mar. Ella y yo. Abrazados. Sus labios contra mi cuello, los míos contra su pelo. Aterrados. Desconcertados. Pusimos en boca del amor frases equivocadas que conducen a caminos equivocados y que terminan en claros del bosque donde merece la pena amarse sin estipulaciones. La errancia como la sombra de un despertar en la Antártida. La espuma de las olas se detuvo en el oxígeno violento, en los precipicios de la sangre azulada. La playa se convirtió en un pájaro de plumas mojadas, y cuando se mezcla el agua con la libertad, todo el mundo sabe que los cielos se llenan de despropósitos y ángeles tornasolados.

El mundo se paró en seco. Las palabras y las leyes de la física no están más que para ser quebrantadas. Tú y yo en movimiento, violando la ley de la gravitación universal. A estas horas nos estarán buscando en la ciudad…

martes, 5 de mayo de 2009

FRAGMENTO DE UN FRAGMENTO ( El amor no supo sobrevivir)

Desperezar, despertar, bostezar.
Amanecen trescientos soles a esa hora.
Si, a esa hora.
A esa hora en que los vagabundos
suben con disciplina musical
los cuellos de sus abrigos, y velan
el cadáver hermoso de la esperanza,
pienso en ti.
A esa hora en que la mañana
se ha arrojado al metro
con un puñado de flores en sus bolsillos,
me lleno de ti.
A esa hora en que el hombre de negocios
se revuelca por las calles
con un severo ataque de romanticismo,
me alimento de ti.
A esa hora en que los camiones de basura
trituran poesía,
escribo en ti.
A esa hora en que la mermelada de los transeúntes
se torna del color de tus ojos,
me vierto en ti...

viernes, 1 de mayo de 2009

VARIACIONES ( La noche y sus criaturas)

Travis camina solo por aquella calle repleta de cines X. No levanta los ojos del suelo. Le quedan restos de pizza en la mirada, una mirada salvaje que se pierde por los colectores tristes de la ciudad. Y siento náuseas al verlo. Con un pié en la intemperie y otro a un millón de kilómetros del mar. Mírate Travis Bickle, bebiéndote tu propio odio entre traficantes de droga y proxenetas. Tu taxi amarillo atraviesa la oscuridad y tus lágrimas empañando el retrovisor. Nadie te echará de menos en el barrio cuando te hayas marchado. Acaríciate la araña que te sale de los labios. Allí es donde debes empezar a buscar, para aprender a desconocerte.

Eres un toxicómano del desconcierto. La deshabituación a las sustancias peligrosas que te regala la poesía del calibre veintidós hace tiempo que dejó de interesarte. La violencia es demasiado cara como para comprar el silencio de tus víctimas (…)

Monta el revólver de 20 pavos en unos pocos segundos. Vuelve a desmontarlo una y otra vez. Escribe en sus muescas un jodido poema de amor (aunque no tengas ni la menor idea en que consiste eso del amor). Un poema con embarcadero, con tartas de manzana y desayunos en la cama. Un poema donde aparezca un policía amable que te ofrezca fuego en un burdel luminoso donde no puede entrar tu desesperación. Sé que esas cosas solo pasan en las películas, pero tú llevas atrapado en una toda tu vida (…)

Travis entra en un cine para pasar la noche. A fuera empieza a llover, y alguien escribió en el cristal del taxi amarillo un “te quiero” por error. El amor y las hienas rivalizan por un segmento de anochecer…

miércoles, 22 de abril de 2009

Viaje

Cuando viajas esperas algo nuevo. Es como si alguien fuese a rebelarte el secreto, a ti, por tu cara bonita, por haber pagado un billete de tren en clase turista. Los paisajes por la ventana se suceden, se intercalan, se perpetran solos y otras veces los perpetramos nosotros mismos. El poste de la luz que se repite exponencialmente hasta el infinito, las vacas bebiendo su verde literario de todos los días, la mujer que lee en un banco un poquito más sola que ayer.
Tal vez el secreto sólo exista en nuestra cabeza. Nos pasamos media vida quejándonos de la realidad y la otra media reinterpretándola. Reinterpretar el desconcierto es un ejercicio peligroso de heroísmo, y hacernos los héroes nos apasiona. Sentirte el último vestigio de toda una raza en extinción. Llegar a donde crees que nadie ha llegado, y resulta que hay tumbas de Admunsen por todas partes…
El final del viaje está próximo. Y todo sigue igual. La chica hermosa del moño ininteligible sigue en la página dieciséis, el revisor se rasca detrás de su oreja, el documental de national geographic vuelve a terminar. Y tú con la sensación de vivir en un "deja vu" planetario, con cientos de palabras en la punta de la lengua, pero que las muy cabronas no quieren enfrentarse al vacío que precede al estruendo de no tener nada que decir. Quieres escribir, contar, pero tu cuaderno está vacío como al principio. Te preguntan como ha ido el viaje, si sigues viendo a esa chica del abrigo rojo, lo de tu intolerancia a la lactosa…y tú con la misma sensación de siempre. La verdad (o el secreto como queramos llamarlo) no se ha bajado en tu estación y sigue su viaje hasta fin de trayecto; allí donde las vacas no necesitan de la hierba, ni las mujeres de la soledad, y los postes de luz se hacen inservibles porque ya no hay nada que iluminar…

(Escribo en París y os traigo versos)

jueves, 16 de abril de 2009

Poema de una sola metáfora ( o tal vez haya sitio para diez mil)


(In the Mood for Love)


El amor
es un piojoso poeta
que ejerce la mendicidad
sobre la lumbre mágica
que ilumina tu entrepierna.

(Me corro despacio en un “ahora” desnudo. La luna aulla hambrienta)

Bajo los tejados de zinc de la infinita ciudad,
doscientas cincuenta mil noches
me llevó urdir otro adulterio
contra mis palabras
devoradas por los perros…

(Encerrémonos en una habitación a refundar la poesía occidental)

jueves, 9 de abril de 2009

A las tres de la madrugada

Fotograma de 2046. Wong Kar Wai.
Son las tres de la mañana. Acabó de ver 2046. Y vengo hasta aquí para contaros la verdad. Tengo la imperiosa necesidad de escribir una carta de amor. En el asiento de atrás de un taxi un beso puede significar todo. Una caricia, un orgasmo, unos tacones de mujer alejándose de tu vida…

Esa carta de amor. Tal vez la destinataria sea ella, o tal vez una androide que cuando se corre este programada para recitar a Baudelaire. Tal vez no haya nadie. O tal vez la única que me escuche sea la noche. Pero debo seguir, atravesar las dunas del silencio, y pernoctar en el camposanto donde los muertos son unos puntos suspensivos. Debo seguir sin mirar atrás. Debo tratar de decir lo que suele decir en las cartas de amor. Tengo que ser en unos renglones, lujurioso, y en otros acarrear con el peso muerto de la concupiscencia. Debo de preguntar sin una sola pregunta, debo de amar sin el artificio de la saliva carcomida, debo de embadurnarme de tallarines la angustia.

(…) El reloj y la lluvia. Libros por el suelo. Las palabras tienen fecha de caducidad.

Las luces de la ciudad se encienden. Se termina la cobardía de la noche para instaurar el régimen feroz del amanecer. Y mi carta de amor se empieza a escribir por el final: Siempre te querré. Firmado: Roberto. Lo demás, melancolía y otros asuntos que no vale la pena contar…

sábado, 4 de abril de 2009

Diálogos en el fin del mundo

-¿Es un cuento chino eso de que me vas a querer para siempre?

-Dejará de ser verdad cuando dejes de creértelo. Cuando eso pase, en tu
cuarto donde reina la luz artificial, apestará a cuento de hadas fracasado.
....................
- Cuándo hablo en sueños ¿Me robas los nombres que no digo?

-No.

-Te lo pregunto otra vez. ¿Me perdonas la risa cuando pronuncio el tuyo?

-Siempre. Te cojo de la mano y le canto nanas a tu sexo.

....................
-¿Me quieres?

- A veces pienso que quizás demasiado.

-Nunca es suficiente con amar. Hay que entregarse en vuelto en llamas a la noche que nos reclama...

lunes, 30 de marzo de 2009

Violencia (los estímulos de la infamia)

Puerta hacia el río.1960. Willem de Kooning
De su sistema nervioso central sale un rugido, un mensajero ya exhausto antes de partir. Su misión llegar a la mano derecha. Parece sencillo. Alcanzar la mano, y transformar su asepsia en puño. La pulsión y el heraldo cabalgan juntos. Los nudillos se entrechocan, los tendones aprietan la mandíbula de aire que los sostiene. Falta el oxígeno. El aire viciado de la atmósfera. Inminencia. Las células se apelotonan, chillan mirando al vacío. La fuerza centrífuga. A asesta un puñetazo a B.

Los glóbulos rojos de B se precipitan hacia la salida de emergencia. Esto no es un simulacro. No hay protocolos que cumplir. Sálvese quién pueda. Por la nariz se tarda menos. Los que van hacia a la boca buscan la complicidad resbaladiza de la lengua. Sea por donde sea. La sangre brota, sale de su habitáculo. La luz del día se encarga de taquigrafiar el retroceso (desesperado) de dos cuerpos que colisionan.

C en el otro extremo contrae sus párpados. Se tapian las ventanas de su conciencia. Sus ojos prescriben un exceso de violencia y se automutilan la capacidad de mirar. C hace una mueca, alguien manipula su hipotálamo para que sus manos se cubran la cara. La boca se abre. Sus incisivos y premolares suben y bajan. El émbolo de carne y saliva se calienta. De las entrañas sube su criatura. Hecho de viento y enzimas: Un alarido llamado horror...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Dedo (el dios incomprendido)

Perdonarme la insistencia. Prometo recompensaros. Pero es que no puedo dejar de perderme, una y otra vez, en sus cuadros...

Amededo Modigliani. Dedo o simplemente Modi
como ella decía,
me arrancaste lágrimas y más lágrimas
con la última mirada de Jeanne.
Ahondaste con tus pinceles
en su alma,
removiste los colores a tu antojo
y a mi me arrancaste lágrimas
y más lágrimas.
Un querer y no poder.
Tuve la belleza
a tiro, al alcance de mi mano.
En aquel estudio de Paris,
en aquella habitación
latían diez mil corazones
en tu dedo,
en tu dedo mesiánico de alcohol
y destrucción,
la génesis de un entornar de ojos
cambió el mundo. Un trazo más arriba,
otro perpendicular,
otro con resuello y temblor,
otro trazo seco perdido en el estruendo.
Nos miran esos ojos
desde un lugar
que nos es ajeno,
desde una ventana abierta
en la que cae la nieve desnuda,
esa con la que tú
solamente podías hablar…

jueves, 19 de marzo de 2009

La República de tus sábanas

Bajo el edredón
vuelvo a creer en las hadas/
bajo el edredón amanece más despacio/
bajo el edredón todas las leyes de amnistía
tienen su razón de ser/
bajo el edredón

pájaros violentos
resisten los zarpazos endémicos
del deseo/
bajo el edredón la aurora
apunta a su sien:
busca
propiciarnos
una eterna oscuridad que nos inunde…/


sábado, 14 de marzo de 2009

Volar siempre es hermoso...

Decir adiós es morirse lentamente, pero en otra parte nace una nueva criatura, eso sí, muy lejos de tu podrida costumbre por la ilusión.
Esto lo escribí hace tiempo, sin echar de menos a nadie. Puede parecer hermoso, e incluso si me apuras hasta literario. Pero aquí estoy yo, como un gilipollas, parado en medio de la calle con mi maleta roja.
Ella tras los cristales. Hace cinco minutos nos besábamos como si todo fuese a acabar en otros cinco minutos. Nos prometimos permanecer desnudos y locos en el regazo intemporal de la quimera. Nos prometimos el beso visceral que desafía al vampiro de la vida. Un desayuno de nata y fresas para el día en que estalle la guerra. Y ahora el adiós…
Ahora no valen artificios literarios, ni las perífrasis que os guardábais en el pupitre de la escuela, ni todos los narradores omniscientes del mundo. Ahora estáis ahí, separados por el vidrio transparente de la soledad. Aprendiendo a desposeeros. Aprendiendo a saltar del nido a ciegas, con la palabra “vacío” tatuada en vuestras alas…

lunes, 9 de marzo de 2009

La chica de la canción

Úrsula es la chica de la canción.
Úrsula es la chica que baja a comprar cigarrillos a medianoche.
La chica que se pasa la noche en vela
leyendo poesía o novelas de ciencia ficción.
Cada cien páginas enciende un cigarrillo,
fuma, se le para el mundo en una pausa, vuelve a fumar,
y unas pocas volutas tristes en el aire.
Se hace un café cargado y vuelve a la lectura.
Se pierde durante otras cien páginas. Otro cigarrillo.
Desnuda. Tumbada en su sofá.
Úrsula se acaricia con los rescoldos furtivos
de su lujuria cansada. Úrsula y las horas negras del reloj.
Úrsula y los desvelos pintados de azul.
Úrsula y las noches en las que no pasa
nada y ocurre todo.
Úrsula es la chica de la canción
que se va quedando dormida ahora que llega el día.
El amanecer ajusticia a sus escritores muertos.
La revolución de sus pestañas cerradas
está a punto de suceder…

miércoles, 4 de marzo de 2009

Sin aliento

Desde que ella le dejó, él sólo ve películas de Godard. En realidad sólo una. Al final de la escapada (A Bout de soufflé). Rebobina secuencias, dribla el recuerdo de su pelo mojado como puede, sobrevive a cada fotograma encendiendo cigarrillos sin parar, conduce suicida y despeinado por la campiña que atraviesa su imaginación, mientras susurra diálogos para sí (sino te gusta el mar, sino te gustan las absurdas montañas…). Y siempre acaba llegando a la misma escena. El personaje de Jean Seberg pasea bajo un día luminoso vendiendo periódicos: New York Herald Tribune, New York Herald Tribune… con ese acento americano imposible de olvidar.

Ella pasea por un París que ha dejado de existir, sólo existe en sus sueños, un París de entreguerras, situacionista y blasfemo, un París de vanguardia y tafetán donde los Cafés abren hasta el amanecer. En esa escena, el tiempo se ha detenido para él. No puede apretar el “play” y seguir viviendo. Él congela la imagen con ese vídeo japonés hasta la eternidad. No puede volver a respirar el aire viciado del otro lado de la cámara. New York Herald Tribune, New York Herald Tribune..resuena en su cabeza. Era una mañana preciosa la de esa escena, se parecía misteriosamente a su última mañana con ella.

Al final de la muerte, soledad a dieciocho fotogramas por segundo en los Campos Elíseos. Los coches se detienen a un lado. El tranvía y la nieve. Ya no queda nadie en las calles. New York Herald Tribune, New York Herald Tribune…” La Tierra y el sexo está en nosotros. A fuera solo hay estrellas” que diría Godard.

jueves, 26 de febrero de 2009

Fragmentos, sueños y otras sustancias...

Retrato de Madame Reynouard.- Amedeo Modigliani
Descontextualizar.
Dícese del curioso
arte de drogarme
con toda tu poesía,
sin agujas hipodérmicas
sin dragones a los que acariciar.
Los “happy end”, “finales felices”,
o como lo quieras llamar,
no entienden
de nuestros cuerpos
entrelazados
buscando restos de libertad
.............................................
Que si tus ojos, que si tu mirada,
que si el pozo inmenso que de soslayo
principia en tu ombligo,
( Metáforas,
pura palabrería, blablabla, poeta de mierda)
Ella no va a ser más hermosa
por tus palabras. La belleza
tiene su significado en sí misma.
Guárdate las metáforas para días peores,
te aseguro que las vas a necesitar…

sábado, 21 de febrero de 2009

Cerrando puertas, abriendo mundos

" Mujer desnuda tumbada".-Amedeo Modigliani

“No me quiero morir susurraba mientras se corría en la perspicaz oscuridad del dormitorio”*. Cerré el libro. Encerré el verso en mi cabeza. Cerré la última puerta que quedaba por abrir. Enterré esas pocas palabras hermosas en la fosa común del olvido. No recé. No hubo dios. Ni responso. No hubo ceremonia para la infamia de establecer un principio y un fin. No hubo flores. No hubo lágrimas. Nadie cometió la imprudencia de pronunciar la palabra “amor”. Cerré mis ojos y la imaginé desnuda reclinada sobre la turbulencia.
Cerré mis manos. Cerré mis puños. Cerré mis bronquios. Cerré mi pleura. Cerré el grifo de mi sangre descontextualizada. Y salí a la calle…

(*) Verso del poema "la Francesa" de Roberto Bolaño

lunes, 16 de febrero de 2009

Quitándole argumentos a la nada...

“Para María.
La libertad de
sabernos poetas
puso
de rodillas al mar.
Imposible olvidar...”


Te espío otro día más.
Te desnudas con mesura.
Tu ropa interior de encaje,
Tus pies, tus uñas, tus rodillas, tus muslos
invierten
el sentido burocrático de las mareas.
Tus senos se confunden con naranjas
que revientan despacio
al sol de mi lujuria.
Como una gata sobre tejados azules
vas llegando
a tu sexo,
a tu incertidumbre,
a la anatomía salvaje
donde
vagabundean tus orgasmos
enfermos de libertad.
Allí donde nadie ha llegado,
espera
la última ola
que repatríe
a los náufragos
asolados por tu mar…

miércoles, 11 de febrero de 2009

el amor, ¿otra forma de afasia...?


Me redimo, me vengo, "ajusto las cuentas" con el destino, desenmascaro el énfasis por callar de las palabras, por todas esas veces que me guardé un "te quiero" (las palabras mágicas) para la tiranía de mi silencio...
Un enfermo de amor,
eso es lo que soy.
Un condenado a muerte,
que para su última cena
no pide nada más
que una fotografía de ella.
Pero todo esto no te lo digo,
guardo un silencio descomunal,
que discurre como un torrente de lava
por el cementerio de elefantes
que principia y termina debajo de tu vestido.
El amor también es incomunicación.
Esa frase la he leído en alguna parte,
no me preguntes donde,
pero a algún poeta loco
se le ha tenido que ocurrir...

jueves, 5 de febrero de 2009

Poeta, el oficio de las imposturas...

"The Singing Butler".- Jack Vettriano

Ha llegado la hora, oscurece y los poetas salen de sus madrigueras. La ciudad está vacía, hace unas horas que los hijos de la noche campan a su antojo por las calles. Parques, cajeros automáticos, la última fila de un cine, la terminal abandonada de una aeropuerto, cualquier lugar es bueno para retomar nuestro sueño donde lo fuimos dejando unas pocas horas antes.
Cualquier tratado de psicoanálisis que se precie, habla de los poetas, como esa especie de individuos que domina a la perfección el arte de sabotear la realidad. Allí donde hay una huelga feroz contra la tiranía industrial del sentido común, siempre existen panfletos rimados con la belleza de un “haiku”, o piquetes incontrolados que recitan a Gil de Biedma tumbados entre las barricadas. La mayoría desertó de la poesía hace tiempo, pero aún quedan unos pocos dispuestos a morir soñando. No los subestimes, son pocos y vulnerables, pero no tienen nada que perder.
Es probable que los altercados comiencen ahora mismo, así que es mejor que experimentes el vértigo de la quimera que vive desde hace siglos en los urinarios públicos del paraíso. Ellos(nuestros poetas) nunca te decepcionarán. Son agitadores profesionales que vienen a reventar la coreografía de este pequeño puñado de sueños...

sábado, 31 de enero de 2009

Telegrama ALuCINaDO ( o de como amar al prójimo en un edificio de correos)

Escribiremos como si nos fuese la vida en ello. STOP.
Limpiaremos nuestras entrañas
de historia, apilaremos las “cuaderna vías” y los “haikus”
en el vertedero azul que devora los días
y marcharemos solitarios sin mirar atrás. STOP.
Dicen por ahí
que la libertad viste un traje de “raya diplomática”
y se esconde
en alguna parte de un verso. STOP.
La madre de la poesía
nos acogerá a todos en su seno. STOP.

(La madre de la poesía
financia la nostalgia de los lobos,
su ataraxia contemplativa. Aullidos a cambio
de misticismo, de flores medievales
que crecen salvajes en el Averno.
La madre de la poesía
enseña los dientes
a los corderos. Los enseña
a masticar carne, a hacer el amor
sobre el fuego de una revuelta)

La madre de la poesía
conoce el lenguaje de las calles
y ha puesto en circulación
la mejor sustancia:
El Amor (sin adulterar, sin intermediarios
callejeros).STOP.
Nos lee
conmovida
a la luz de los relámpagos. STOP.
Así que lo último que escribiremos
tendrá un sabor
a nosotros mismos.
Nuestras letras llevarán pegadas nuestras uñas,
nuestra piel, nuestra técnica para sorber la sopa,
nuestra hermosa manera de seguir viviendo
dentro de un millón de años…

y sobre todo
terminaremos los telegramas
ajusticiando
bajo las estrellas
a la estúpida palabra “STOP”…

lunes, 26 de enero de 2009

De como hacer saltar por los aires un (falso) poema...

Hay un viejo que habita el lado salvaje de la luna. Desde allí me observa. Enciende un cigarro tras otro. La tristeza del humo, las volutas primigenias describiendo premisas concéntricas. Soledad, atmósfera cero.Es un ahogado que mira a las estrellas en el centro exacto de una piscina infinita. Un jubilado que se gasta su paga en carreras de caballos que sólo existen en su imaginación, y guarda como un usurero unas migajas para sexo telefónico.

Ese viejo es lo más parecido al dios que se enseña en las escuelas. Ese dios que memorizas como una tabla de multiplicar. Ese dios al que le queda bien cualquier nombre de pila. Ese dios que sabes con certeza que dejará el truco final, la resurrección, para el tercer día. Y eso puede ser una mala jugada, porque quizás tu ya no estés ese día, o andes metido en aventuras peligrosas, o vomitando en un aparcamiento solitario mientras el baile de graduación termina como ha empezado, sin ti.

Hay un viejo que en las noches de luna me avisa que tal vez no haya una segunda oportunidad. Yo por si acaso te voy amando despacio (y aquí es donde entras tú, para romper la casi nula secuencia poética de este artefacto llamado poema). Pero también te voy amando frenético, encendido, resolviendo con eficacia los crucigramas que alberga tu piel, sin quitarle ojo a la luna y al viejo eremita que alterna en la cuerda de tender calcetines rotos con desesperación…

miércoles, 21 de enero de 2009

Anoche soñé con Lorca


"Anoche se me apareció Federico en sueños. Sus versos transmutaron la sombra de la muerte
en campos de amapolas infinitos"


¿Qué se le perdería a Lorca en Nueva York?
¿Qué geometría de cuchillos se le desprendió del alma?
¿Qué fusilamiento presintió al pasear por estas calles?
¿El suyo? O tal vez ¿ El de “el niño que quería cortarse
el corazón en alta mar”?
¿Qué ternura te hizo abrazar en tu regazo
al cobrador del frac que se sentía triste?
¿Qué Granada se te aparecía en sueños,
embozada y con la mirada anglosajona?
¿Qué antiguo determinismo te impulsó
Federico a cantar sobre las barbas voraces de Whitman?
No hay respuesta.
“Silencio administrativo”
reza el cartel que cuelga de la angustia de los cielos...

jueves, 15 de enero de 2009

EL ÚLTIMO TRABAJO

"Billy Boys". Jack Vettriano
A mediados de julio de 2003, Roberto Bolaño observa el mar desde la habitación de un hospital. El azul que arropa a los muertos, muy pronto susurrará a Roberto, con lentitud de gangster y a quemarropa, el secreto (si es que acaso hubiese algo que contar). Las páginas de sus libros aclimatan su futura morada, esa buhardilla repleta de palabras y gatos, donde escuchará el pavor de las olas barriendo el vacío, indemne al vértigo de los días.

Apenas tiene fuerzas para levantarse de la cama, pero sabe que aún queda algo por hacer, un último trabajo y después abandona, es lo justo para todos. Le estoy esperando en el aparcamiento del Hospital, en un viejo Chevrolet negro que ha profanado las curvas de todas las sucias carreteras del desierto de Sonora. Visto traje negro y corbata, la gabardina sueña con huracanes en el asiento de atrás. Me impaciento durante un instante, pero luego me calmo, pensando en la perseverancia mecánica de Roberto. Derechos hacia el desastre, felices y hermosos, listos para jugar a ser ángeles caídos de pistolas clandestinas en este paraíso de limo y estrellas.

Recuerdo las palabras de Roberto aquella noche en el café “La Habana” de la calle Bucarelli, “Si tuviera que asaltar el banco más protegido de América, en mi banda sólo habría poetas. El atraco concluiría, probablemente, de forma desastrosa, pero sería hermoso”. Estupefactos bebimos en silencio nuestras cervezas y todos en ese preciso instante, deseamos morir escribiendo poesía en una sórdida celda del arco iris. No nos esperan cámaras acorazadas, ni divisas, ni letras de cambio. Nuestro botín serán páginas y más páginas, letra impresa, autores que se desenvuelven en el olvido, escritores marginales que se fuman el aire de su suicidio, musas que se enamoran de la tristeza de un “tragafuegos”. Poesía que dimana de la vida, miles de versos libres de estúpidas ataduras para siempre, tertulias en la trastienda de la eternidad, y nosotros iluminados, en medio de las ráfagas de ametralladora que violan la noche, reinventando la literatura...

Mis pensamientos se esfumaron, la realidad se hizo un poco más presente. Alguien golpeaba con impaciencia la ventanilla del Chevrolet. Era Roberto, subiéndose el cuello de su gabardina de niebla. Mi gran amigo, Ulises Lima, creí que ibas a echarte atrás, me dijo sin mirarme a los ojos. El motor rugió rumbo a la noche que se ponía de tiros largos. Íbamos a una fiesta a la que no habíamos sido invitados, con melancolía, rabia y una vieja quemazón acariciándonos las entrañas...
(Para todos los que aman (y amaron) la palabra por encima de todo. No sé que coño hubiese hecho sin tus libros, Roberto Bolaño)

domingo, 11 de enero de 2009

TEORÍA (y un puñado de dudas)


“De una conversación entre dos (casi) desconocidos.
Afuera nevaba sin parar, dentro del bar quedaban unas cuantas cervezas por beber”.
No nos pondremos de acuerdo
sobre las olas inconstantes que trajeron el amor.
Tú piensas
una cosa,
yo otra muy distinta.
Tal vez sea mejor así. Sin nexos,
ni yuxtaposiciones
entre nuestros cuerpos solitarios
que engendran
azucenas y entusiasmo.
Una carta de amor enterrada bajo la nieve.
Frío, misterio y heridas cerradas del revés.
¿La burocracia llegó a la raíz del beso?
¿Acabó la fiesta donde se apedrean ángeles sangrientos?
¿Extranjeros de nuestra (propia) imaginación?
¿Terminó la adolescencia rabiosa de nuestros versos?
¿Se acabó la hermosa grandilocuencia
del conejo saliendo de la chistera?
Por el brillo vertiginoso
que se escapa de tus ojos,
yo me inclino a pensar
que NO…

martes, 6 de enero de 2009

ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA

A Sergio Leone le debemos esta maravillosa película (una de mis favoritas). La música es de Ennio Morricone, y ha sido la banda sonora de muchos momentos de mi vida. Con esta música he llorado desesperado de espaldas al cielo, acurrucado en un rincón renegando de todos los dioses. Me han abrazado como si todo fuese acabar en un par de minutos, he soñado en una llanura verde de Escocia, o he copiado en mi cuadernos los trémulos dictados de la musa en Roma. Con esta melodía me he enamorado, he puesto mi oído en el ombligo de una mujer hermosa, para escuchar “in situ” como la belleza se alimenta de más belleza.
El amanecer me ha abordado con pájaros y libertad. He besado bajo la lluvia, he caminado descalzo sobre la hierba, he mentido, he gritado de felicidad, he pronunciado tu nombre en vano, he escupido y maldecido la servidumbre del tiempo, he proferido caricias y susurros con la premeditación de un poeta minúsculo, he amado con las entrañas en la cuenca de mis manos, he pernoctado bajo sus faldas. He caminado sobre las aguas, he padecido, he fingido, he reído, he creado, HE VIVIDO…

jueves, 1 de enero de 2009

APUNTES

De mis experiencias con la meditación: Unas veces, infructuosas. Otras veces, llegué a tocar los cielos minúsculos de mi cuarto.

Anoche perfilé tus límites.
Anoche me subsumí al placer de tener y no tenerte.
Anoche busqué la luz
en el nido de arañas.
Anoche hubo ladridos y caricias
en la sombra suicida del relámpago...
…………

En el fin del mundo,
donde las olas
incuban el error del tiempo,
me traje amor para sobrellevar la oscuridad.
Es inmensa la negritud
que me circunda. Pájaros y luciérnagas
salen de la grieta del poema y me acompañan.
La compasión y el primer día
de una eternidad esquematizada.
…………

Entré por el desfiladero sin luna
que lleva a la península invertida,
y salí desnudo al destello que todo lo sabe.
Una pagoda,
agua extraviada,
un rinoceronte que amamanta a las hormigas,
y un plan de fuga: Escapar,
sin mirar atrás,
al interior de uno mismo.
…………

La vida son migajas de muerte robadas a la nada.
Comprendes. Todo encaja.
El engranaje no necesita de piezas.
La palabra “clarividencia” se vuelve esdrújula
con la violencia sistematizada
de no pensar. Firme, inconmovible
al estertor último de las estrellas.
La turbulencia ha pasado demasiado cerca…
……….