Anoche soñé con Janis Joplin, y me dijo que en el infierno no se estaba tan mal.
Ella me susurra que una heroína pura y letal, que te mata a melancolía, recorre las calles del barrio paralelo, tan lejos y tan cerca de San Francisco. Nadie sabe quién la ha puesto en circulación. Es de un blanco infinito, que se asemeja con el baño de un motel cualquiera, donde un “príncipe azul” vomita anfetaminas y soledad...
A estas horas, Janis me confiesa que no fue un accidente. Que lo suyo con el Rock ´n Roll siempre fue en serio. Que odiaba la precisión de las agujas hipodérmicas. Que su música acariciaba la nuca del vendaval. Que todos siempre han tratado de imitar su voz deshilachada...
Que ella es única, y que el crepúsculo absurdo y más hermoso de África resbala por su garganta, eso lo digo yo.
Y me asaltan las preguntas: ¿En que piensa una golondrina cuando atraviesa un basural, Janis?¿ Qué lujurias transitan por el estómago de una esponja? ¿Qué coño pasó aquella noche, la última, Janis? Dímelo, puedes confiar en mí....
¿Te marchas ya? Si has estado muy poco tiempo, y a ti precisamente lo que te sobra es tiempo...
Anoche soñé con Janis Joplin, y ya casi no recuerdo lo que me dijo. Pero esta madrugada es diferente. Esta noche te siento muy cerca. Casi no abro los ojos, pero te intuyo Janis, al fondo de la habitación, con tus ojos perdidos en la oscuridad. Eres la guardiana de mi sueño, balanceándote en tu mecedora de humo, dispuesta a desbaratar el ataque del demonio de la mediocridad, tan pusilánime y mortal como desde los comienzos, hace ya demasiadas primaveras...
Ella me susurra que una heroína pura y letal, que te mata a melancolía, recorre las calles del barrio paralelo, tan lejos y tan cerca de San Francisco. Nadie sabe quién la ha puesto en circulación. Es de un blanco infinito, que se asemeja con el baño de un motel cualquiera, donde un “príncipe azul” vomita anfetaminas y soledad...
A estas horas, Janis me confiesa que no fue un accidente. Que lo suyo con el Rock ´n Roll siempre fue en serio. Que odiaba la precisión de las agujas hipodérmicas. Que su música acariciaba la nuca del vendaval. Que todos siempre han tratado de imitar su voz deshilachada...
Que ella es única, y que el crepúsculo absurdo y más hermoso de África resbala por su garganta, eso lo digo yo.
Y me asaltan las preguntas: ¿En que piensa una golondrina cuando atraviesa un basural, Janis?¿ Qué lujurias transitan por el estómago de una esponja? ¿Qué coño pasó aquella noche, la última, Janis? Dímelo, puedes confiar en mí....
¿Te marchas ya? Si has estado muy poco tiempo, y a ti precisamente lo que te sobra es tiempo...
Anoche soñé con Janis Joplin, y ya casi no recuerdo lo que me dijo. Pero esta madrugada es diferente. Esta noche te siento muy cerca. Casi no abro los ojos, pero te intuyo Janis, al fondo de la habitación, con tus ojos perdidos en la oscuridad. Eres la guardiana de mi sueño, balanceándote en tu mecedora de humo, dispuesta a desbaratar el ataque del demonio de la mediocridad, tan pusilánime y mortal como desde los comienzos, hace ya demasiadas primaveras...