
(Me duelen los calcetines
Pero a ti te es indiferente
el dolor acrílico
de mi imaginación…)
San Francisco
Holocausto de libros. Librerias
de viejo
bajo el mar. Paseo marítimo. Boxeadores
de tercera con acento húngaro.Y yo juraría que aquel tipo
de la gabardina es Kerouac.
El ácido lisérgico
cruza la falla geológica
para venir
a posarse en tus mejillas.
Bailarinas de cabaret
que le escriben a Kierkegaard
cartas de amor obscenas.
Y esta ciudad
que se nos muere,
enferma de postmodernidad.
1, 2, 3, 4
Otra descarga…
1,2,3,4
La estamos perdiendo…!
Voy a meter
todos los pájaros de San Francisco
en el interior de un haiku tramposo
de 25000 mil sílabas…
Después me iré a descansar a la orilla del mar.
El último día
quedará una cosa por hacer:
apagar el sismógrafo que te habita
y amarte bajo la fría circunstancia
de un semáforo
que odia el technicolor…
(Los próximos versos que te regale
le pintarán un estúpido arco iris
a la penumbra de tu falda…)
Pero a ti te es indiferente
el dolor acrílico
de mi imaginación…)
San Francisco
Holocausto de libros. Librerias
de viejo
bajo el mar. Paseo marítimo. Boxeadores
de tercera con acento húngaro.Y yo juraría que aquel tipo
de la gabardina es Kerouac.
El ácido lisérgico
cruza la falla geológica
para venir
a posarse en tus mejillas.
Bailarinas de cabaret
que le escriben a Kierkegaard
cartas de amor obscenas.
Y esta ciudad
que se nos muere,
enferma de postmodernidad.
1, 2, 3, 4
Otra descarga…
1,2,3,4
La estamos perdiendo…!
Voy a meter
todos los pájaros de San Francisco
en el interior de un haiku tramposo
de 25000 mil sílabas…
Después me iré a descansar a la orilla del mar.
El último día
quedará una cosa por hacer:
apagar el sismógrafo que te habita
y amarte bajo la fría circunstancia
de un semáforo
que odia el technicolor…
(Los próximos versos que te regale
le pintarán un estúpido arco iris
a la penumbra de tu falda…)