Para el “filósofo “ saharaui, por rebelarme su verdad.
Llovía. Quedaban veinte minutos para que pasase el autobús. Él se resguardaba de la lluvia debajo de un pequeño techo de madera con un cigarro en la mano. Yo tenía unas ganas locas de llegar a casa y tumbarme en el sofá toda la tarde. El viaje había sido largo y todo se complica si a la lluvia le da por hacer acto de presencia con su húmeda impunidad.
Le pregunté por la hora y me respondió en un casi perfecto castellano. Después se puso en pié inexorable como las piedras, nuestra conversación. A partir de estas líneas, la prosa se me escurre de entre las manos, y se pierde vulnerable en el barro, las palabras adulteran el contenido del lenguaje (la fría dictadura del proletariado instaurada a base mordeduras soleadas en mi imaginación). Lo que nos dijimos no tiene ninguna importancia, solo hay sitio para la tiranía del poema…
Hay un desierto. Él esta allí, yo estoy aquí.
Los chiquillos juegan por las calles de El Aaiún
mientras los soldados españoles
recogen sus cosas y se van.
No le caben más estrellas a la noche
por mucho que gritéis.
Los nómadas de corazones lejanos
te muestran la caravana
de la seda. Otra mordedura
para poder entrever el sol.
Un sueño que se le repite desde hace años. Hay
nieve enquistada en los márgenes del camino.
Dos niños de Siberia
buscan a su perro perdido
en los confines del Sahara.
No hay tratados de extradición
para colorear los ladridos de una sombra.
El está allí, y los niños juegan a la pelota.
Y yo estoy aquí,
y la nieve interpreta el papel de malvado
en la comedia funesta
de mis lágrimas. Hay un desierto, y demasiado sol…
Llovía. Quedaban veinte minutos para que pasase el autobús. Él se resguardaba de la lluvia debajo de un pequeño techo de madera con un cigarro en la mano. Yo tenía unas ganas locas de llegar a casa y tumbarme en el sofá toda la tarde. El viaje había sido largo y todo se complica si a la lluvia le da por hacer acto de presencia con su húmeda impunidad.
Le pregunté por la hora y me respondió en un casi perfecto castellano. Después se puso en pié inexorable como las piedras, nuestra conversación. A partir de estas líneas, la prosa se me escurre de entre las manos, y se pierde vulnerable en el barro, las palabras adulteran el contenido del lenguaje (la fría dictadura del proletariado instaurada a base mordeduras soleadas en mi imaginación). Lo que nos dijimos no tiene ninguna importancia, solo hay sitio para la tiranía del poema…
Hay un desierto. Él esta allí, yo estoy aquí.
Los chiquillos juegan por las calles de El Aaiún
mientras los soldados españoles
recogen sus cosas y se van.
No le caben más estrellas a la noche
por mucho que gritéis.
Los nómadas de corazones lejanos
te muestran la caravana
de la seda. Otra mordedura
para poder entrever el sol.
Un sueño que se le repite desde hace años. Hay
nieve enquistada en los márgenes del camino.
Dos niños de Siberia
buscan a su perro perdido
en los confines del Sahara.
No hay tratados de extradición
para colorear los ladridos de una sombra.
El está allí, y los niños juegan a la pelota.
Y yo estoy aquí,
y la nieve interpreta el papel de malvado
en la comedia funesta
de mis lágrimas. Hay un desierto, y demasiado sol…
15 comentarios:
Que belleza de palabras. A la noche no le caben más entrellas... pero podría repetirlas todas, porque me parecen de un bonito espectacular, de esos que erizan la piel.
Muchos besos
La arena tapa los caminos de la esperanza, sobretodo si la empujan vientos ajenos.
Un abrazo.
Hola soy Toñi, pasé a conocerte y a dejarte un saludo. Tus palabras son muy bellas
No hay tratados de extradición para colorear los ladridos de una sombra
Estoy sin calificativos roberto XD!!
¿cómo de un rato esperando el autobús puede salir algo así?
Es vd un crack joven!
Me encantó el poema.
"...No le caben más estrellas a la noche
por mucho que gritéis..."
Tan bello, tan terrible, tan lúcido
Un abrazo
Vanesa Aldunate
me dejás sin palabras...
y con estas prendidas en el alma
" la nieve interpreta el papel de malvado
en la comedia funesta
de mis lágrimas. Hay un desierto, y demasiado sol"
un abrazo
. fuerte.. desgarrador.. unos versos que me han dejado emocionada y con un frio que me recorre.
Besos para ti..
Hola Roberto!
Te pasan unas cosas increibles!
En realidad lo que es increible es tu manera de expresarte.
Eres misterioso como tus palabras.
Me ha parecido precioso. Felicidades!
Un abrazo!
Susi
es un placer encontrar gente, detenerse, atenuar la vorágine que nos lleva de la mano cada día y conversar...
gracias por vuestras palabras!
una noche al que no le caben las estrellas...!!!!
muas!
Se palpan con tus palabras cada una de las sensaciones que quieres transmitir.
Me descubro ante ti.
traía arena del desierto en su mirada...
un abrazo a todos
Tú también ;)
Mis alas te abrazan y te llevan un gran beso..
cariños. :)
no se..
he leido varios de tus escritos..
te escribo aqui porque me provocó un escalofrío que aún siento por mi cuerpo.
me robaste las palabras.
fue bonito descubrirte.
gracias por venir.
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