La trasmigración de las almas.
Humo y luces al final de la niebla.
El sueño vacío de un monje zen,
se entromete en el sueño monocolor
de un anciano bolchevique.
Todos hemos recorrido
este planeta cientos de veces.
Tal vez
en otra vida,
he escrito poesía
en las paredes
del cabaret “Voltaire”,
o he respirado napalm
en una jungla fosforescente.
Lo que es seguro,
es que jamás
fui el lugarteniente silencioso de Gengis Kan.
Hay una muerte para cada uno de nosotros
agazapada entre las flores...
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5 comentarios:
misterio.
y besos.
y flores.
me gusta mucho el final.
pues a mí, me gusta de principio a fin. Hoy las musas estaban de tu parte...
Besos!
Hay una muerte para cada uno de nosotros y cuantas vidas!?
Gracias por tu visita...
Saludos.
Me agobia pensar que sea verdad el samsara y su ciclo maldito de reencarnaciones y sufrimientos, pero tu poema me parece fantástico. Nos seguimos leyendo.
Pase a conocerte a que mi alas vuelen por tus escritos..
la magia de las letras.. las vidas y los sueños..
besos!!
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