ES FÁCIL. Casi todo el mundo puede hacerlo. Relájate, inspira una pequeña dosis de oxígeno que más tarde te pueda faltar. Ya habrá tiempo para los disturbios y las pelotas de goma. Lo más importante es que tus labios quieran comulgar devotos con esa sinrazón y acierten a pronunciar las dos palabras. Una “ventana indiscreta” se encenderá en la noche insomne de tu interlocutor, o tal vez no. Pero no adelantemos acontecimientos.
Vuelve a coger aire. Clava tu mirada en un punto fijo del espacio, preferiblemente evita el vacío y céntrate en sus ojos. Aprieta tus labios y dilo con naturalidad: Te quiero…
Después, siempre acontece un silencio antiguo que dura una eternidad. El silencio da paso a leves sonidos que vienen exhaustos de una lejanía común. Tus avenidas que van a morir a plazitas que a ella la circundan, se llenan de agitadores profesionales, barricadas, canciones revolucionarias, ambulancias que cruzan con estrépito. Carreras de un lado para otro. La tarde se enciende entre gases lacrimógenos y monóxido de carbono. Ni rastro de la policía.
El metraje de vuestras vidas se ensancha, los fotogramas se aceleran y se tornan invisibles. Los colores se quedan huérfanos de perspectiva, el gris se traviste en negro, el amarillo suplanta al “burdeos” de su falda recién estrenada. La escala cromática echada a perder en la revuelta indiscriminada que asola vuestras calles.
Vuelve a coger aire. Clava tu mirada en un punto fijo del espacio, preferiblemente evita el vacío y céntrate en sus ojos. Aprieta tus labios y dilo con naturalidad: Te quiero…
Después, siempre acontece un silencio antiguo que dura una eternidad. El silencio da paso a leves sonidos que vienen exhaustos de una lejanía común. Tus avenidas que van a morir a plazitas que a ella la circundan, se llenan de agitadores profesionales, barricadas, canciones revolucionarias, ambulancias que cruzan con estrépito. Carreras de un lado para otro. La tarde se enciende entre gases lacrimógenos y monóxido de carbono. Ni rastro de la policía.
El metraje de vuestras vidas se ensancha, los fotogramas se aceleran y se tornan invisibles. Los colores se quedan huérfanos de perspectiva, el gris se traviste en negro, el amarillo suplanta al “burdeos” de su falda recién estrenada. La escala cromática echada a perder en la revuelta indiscriminada que asola vuestras calles.
Ya es tarde para mirar atrás y arrepentirse.Un puñado de sílabas que viran al origen de las cosas. Dos palabras y una hermosa mentira disfrazada de verdad…
3 comentarios:
Dos palabras poderosas, capaces de revolucionar el mapa del más pintado. Dos palabras que parpadean mirándote a los ojos desde la ventana.
Dos palabras que atraviesan el cristal.
Heridas en mil reyertas, dos palabras.
Vivas aún, incomprensiblemente.
Vivas. Aunque escondan una mentira
se agarran a la vida con los dientes.
Muy bien
¿ De donde vendrá ese miedo tan arraigado que nos impide muchas veces pronunciarla?...
Son un placer tus comentarios. No te canses de visitar mi blog(jeje).
ciao
creo que no me cansaré
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