Fotografía de Eikoh Hosoe.
la ropa limpia que traemos
doblada entre las manos
cuando venimos
del sueño
eso nos falta
traemos los ojos rojos del cloro
de las piscinas de la infancia
donde nadábamos
acuestas con nuestras primeras erecciones
pero
a cada semana que pasa
se nos olvida nadar
en la presunta tibieza del agua
que abrasa la piel de las mujeres
lo que nos falta
es la mirada del perro lazarillo
para aceptar las cosas tal y como son
o la caricia del taxidermista
para desvestir los leotardos de un inverno salvaje
que se muere constipado
en el deshielo
así tan poca cosa
crisálidas de indigencia
somos en las manos rugosas
que estrangulan el campo
lo que nos sobre o lo que tal vez nos falte
sea
la cojera atávica de las palabras…
6 comentarios:
pensamos demasiado... es el problema...
Detenerse, pero sin estancarse.
Darle más vueltas es a menudo innecesario.
Quizá tenga razón, nos hacen falta los ojos del perro lazarillo para ver.
Saludos.
Siempre faltan, siempre hacen falta.
Me ha gustado mucho como has pintado la vida y lo efímero de ésta, los sentimientos encontrados que se tienen cuando uno vive intensamente desde el mundo de las emociones.
Es realmente bella la reflexión y las letras que dan cuerpo a ésta.
Mi más sincera enhorabuena.
Besos
Me ha dado un gusto fuera de serie conocer tu blog, amigo,anduve por distintos textos con el mayor beneplácito. Encantado de leerte. Abrazo, José de tantorra.blogspot.com
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