Fotografía de Saul Leiter.
después de mil años sin airear mi cuarto clandestino...
tal vez necesite
un bar
donde
cambiar los pañales de esta muy tristeza inmaculada
una barra llena de migas y cervezas calientes
una “jukebox” legendaria
unos pocos seres con miedo en los pantalones
mirándose
los charcos
estáticos que crecen en la imaginación
es abisal el lenguaje
que me avisa de que invierno y recién nacido
son coagulaciones tranquilas
del lenguaje
tres cuartas partes de mi
no contestan
se insubordinan
con ansias de morder
la ternura que reparten los carteros
hay un huerto lleno de santos silenciosos
que ayunan
que ayunan
entre las flores y la roja desolación de los ratones
golpeo la puerta y nadie (me)
abre
la noche salvaje
las plegarias
de un dios adolescente
que odia la causalidad desnuda de la muerte
hay un huerto lleno de frío
golpeo la puerta
y nadie (me) abre…
9 comentarios:
La soledad y los miedos, algun día nos abandonaran??
Buen post de regreso, bienvenido!!
"Hay un manicomio en cada luz de las obsesiones celestes y otro amor multiplicado por lo que hemos visto en los dedos de la cera derretida, así que hablaré un poco de agua para que te laves, oscuridad", dice Juan Carlos Mestre. Lo acabo de leer y me ha apetecido traerlo, ahora que, después de un tiempo, vuelves a subir la persiana de este cuarto, a abrirnos, porque tú sí las abres, todas las puertas.
Cuando las puertas no se nos abren es preferible volverse loco. Las puertas tiene que abrirlas uno.
Un gusto, Roberto.
la diferencia,
tus charcos se relamen en olas bravías.
Un beso
será que pediste permiso?
abrilas
que detrás de las puertas
a veces encontramos el infinito...
besos
Esa mente igual no sabe qué camino está recorriendo, pero lo está recorriendo muy bien. Al borde del abismo, tal vez, una palabra mal puesta y precipicio, pero para adelante.
Muy bueno, tocayo Cosa seria
fuerte abrazo
Reflexivo, recíproco o, simplemente, pronominal. Pero (me) gusta en cualquier caso.
Regresando...
A mi tampoco me abre la puerta nadie...
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