Fotografía de Eugene Smith
mis palabras para Lorca...
a esa hora en que
la tarde se abría de piernas
roja y patibularia
a esa hora en que la lluvia no cayó
jamás sobre
la sombra seca de los perros
a esa hora que traía
remiendos
para los charcos donde se bañaba desnudo el espanto
la muerte
era la vieja enlutada y
encorvada que pedía limosna en la esquina
sus hermanos - los gusanos -
deshuesaban
las palabras carnívoras bajo la tierra
a esa hora
él esperaba
sentado en su patio
sin miedo
sin asomo de barro en la mirada
era un descolorido beso el mediodía
y llegaba la tarde con las trazas
del gigante que duerme
agitado
sobre los tejados
a esa hora
él liaba tabaco y comía naranjas
a esa hora se secaba el sudor
y miraba hacía “el verde inalcanzable”
a las cinco de la tarde vinieron para matarlo.
9 comentarios:
Bellísimo. Y qué feliz debe sentirse Federico ***
Un beso. O dos.
Siempre muere gente, pero las 5 es una pésima hora.
"Resisto un ocaso de verde veneno / y los arcos rotos donde sufre el tiempo", eso decía él. Eso es lo que él sabía y por eso supo esperar sin miedo, esperar mirando fijamente hacia ese otro "verde inalcanzable".
Si leyera este homenaje, sonreiría.
Gracias por tu comentario dejado en mi blog que me trae de tu mano hasta tu rincón.
Una hora que está por llegar, esa hora de las cinco de la tarde, que no se sabe muy bien qué puede llegar a pasar.
Un beso.
Gracias por tu comentario dejado en mi blog que me trae de tu mano hasta tu rincón.
Una hora que está por llegar, esa hora de las cinco de la tarde, que no se sabe muy bien qué puede llegar a pasar.
Un beso.
voy a pensar en éste poema, a las 5 de la tarde. voy a pensar el verde. voy a leerlo a él.
besos, rober.
mirá cuando alguien escriba "mis palabras para Roberto..."
Y la recibió con tal naturalidad que parecía que hubiera pasado años esperándola.
Un abrazo.
menuda sacudida
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