De ti a mi
principian los escombros subversivos
de la infancia
y los indios y vaqueros
reían
las gracias al que ordenaba
las metáforas por
rentabilidad agropecuaria
Érase una vez
una patria de ratones ciegos
que perdieron su cuarto y su queso
por la especulación inmobiliaria
Y nadie vino
a la fiesta de disfraces /solo los elegidos/
ellos trajeron
los osos de trapo con escalpelos
clavados en el tórax
Te acostumbraban
a la precariedad proscrita de los que besan
manzanas con gusano
a la usura de una lágrima
por ochenta dentelladas en
la lengua llagada de la verdad
y tienes que mirar igual
así son las cosas
(exactamente a como lo hacías entonces)
sin la furia alojada
en la camisa deshabitada
donde trigo seco
es el hambre de los pájaros
muertos
(minúsculos partisanos caídos en combate…)
10 comentarios:
porque no sabemos rebelarnos
La verdad es que me has dejado sin palabras, no sabría encontrar las palabras adecuadas para dejarte después de leer tu entrada.
Solo decirte que encantada de pasarme por aquí como de costumbre, leer tus palabras en tinta roja ya se ha convertido en un hábito en mi día a día.
Besos grandes, que tengas un buen día Roberto.
PD: Me ha encantado la imagen.
¡Muy bueno!
Sinceramente... ha sido un aire al gran Joaquin. Un grito a la sociedad.
:D
¡Dios! ¡Cómo las odio yo también! Y a esos parásitos. Me gusta tu forma de ver el mundo y me encanta tu forma de plasmarlo.
Saludos
Pues sí, pero dicho tan bien tiene hasta belleza.
Besos
Muy fuerte esta entrada... y desgarradora... somos mansos... nos dejamos quitar y luego miramos cómo disfrutan otros con lo que nos han quitado.... y nos quedamos con la boca abierta añorando lo que en realidad es nuestro...
Quizás sea que ellos necesitan de todas esas cosas para vivir y en cambio nosotros sólo necesitamos de una brisa suave para volar como esos pájaros caídos en combate...
Un beso grande compañero...
Y al final ¿sabes qué?
La única palabra que no se oye es la que no se dice.
El único camino que no llega a ningún lado es el que no se empieza.
Las únicas manos que no construyen son las que se quedan una encima de la otra.
Está claro, el color sepia cada vez combina menos con casi nada y nos creemos (nos lo han hecho creer y a la larga parece que hasta nos conviene) que es imposible cambiarlo, pero empiezo a sospechar que en esto, también nos mintieron...porque a estas alturas ya no estamos hablando de matices, sino de un cambio del sistema en toda regla (ups! ¿sistema? pero si estábamos hablando de colores y tal)...no sé, al final ya se sabe, papel mojado y virgencita que me quede como estoy...
Un beso, Roberto
Rubí es la brisa rebelde que acaricia tus versos..
un beso
Te acostumbraban a la precariedad proscrita de los que besan manzanas con gusano...
La poesia nunca fue lo mio, pero tengo que reconocer que esto te sale muy bien... voy a estar leyendo aca por un rato...
Pasate por mi blog si tenes tiempo/ganas, o lo que sea que te mueva. Escribo cuentos, o algo asi.
en el camino, aunque a veces sea cuesta arriba, se avanza y... cada paso hace cambiar las cosas. yo creo que sí!!
salud-saludos
lo he releido muchas veces, muy bueno.
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