Hoy me he percatado de algo insólito. Estaba sentado en un banco entre una maraña inconexa de viajeros, me disponía a coger un tren. La mañana giraba confusa, en pleno desconcierto. Se confundían sus legañas con nubes partisanas, cargadas de odio y blancura, apuntando a la desprovista nuca del sol. La batalla se libraba allá arriba, aquí abajo la pólvora no nos concernía.
Quizás exagero al describir aquel cielo, por que apenas despegaba la atención de las páginas atronadoras y a la vez delicadas de Robert Walser. Pero dejémoslo así. El escritor suizo me hablaba desde su paseo perpetuo, ajeno a la nieve que se amontonaba a las puertas del sanatorio de cristal. Y yo embebido por esa manera de escribir “desde el otro lado”, sentía como mi mano descubría un agujero en el bolsillo derecho de mi pantalón. ¿Qué coño hacia aquel agujero negro retando con descaro la armonía estricta de mi bolsillo? Aquel descubrimiento quebró mi atención del libro y me puse a divagar. Tal vez, tuviese otro agujero similar en el bolsillo izquierdo, pero no, estaba inmaculado, incorruptible dentro de su oscuridad. Era extraño, muy extraño. El denominador común del bolsillo derecho de todos mis pantalones era un agujero, enorme, disímil, espantoso, con rostro de momia faraónica que se asoma a contemplar el amanecer por primera vez...Tal vez, ese vacío en mi bolsillo fuese una fórmula matemática traspapelada del infierno, o tal vez una metáfora que se le perdió a un poeta que escribe recluido (de rodillas) en la Antártida, o tal vez el último beso que me dieron y se amotinó en mi entrepierna, buscando asilo político para su desmesura. Tal vez. La vida es una concatenación de “tal vez”. Nos movemos como anguilas en las aguas de la incertidumbre buscando el azul eléctrico que nos aniquile.
Pensándolo bien, tal vez, mi agujero se debiera a la algazara que surge en un bulevar sucio y descarriado, gritos y besos que se beben el absenta de la noche. Tal vez. Recuerdo algo que leí en alguna parte “Las cosas no tienen significación, sino existencia”. Tal vez, este agujero esté puesto aquí simplemente por que sí, para que pueda escribir estas palabras misteriosas, todo puede ser. Dejémoslo así...
21 comentarios:
Quizás, puede ser que el agujero no exista, y salga de tu mirada. (borgiano el asunto)
Roberto no sé qué me pasa con tus letras, las imprimiría, para leerlas de cuando en vez y verme.
Un beso.
Tal vez... un suspiro.. una ilusion.. un oasis.. quien sabe... solo tu en tu mirada y sentir.
Besos..
Como zarandean las dudas.
Pero son lo que son...
Si no te encuentras un tal vez.
Tal vez será un quizas...
uuuy... Lo ves??
Un abrazo!
Los agujeros diestros son despilfarradores, la jactancia de la mano izquierda.
La última moneda se suicida en esa boca que el infortunio abrió pacientemente.
Abrazo enorme, tocayo de Acacerca.
REL
bendito agujero del bolsillo derecho de tu pantalón!:D
ya veo que las musas volvieron....
Tal vez y porque sí. Las dos cosas.
Tus palabras me atrapan cada día más, Roberto.
te imaginas a robert Walser en la estación y siendo tú y cavilando sobre el agujero del bolsillo derecho de tu pantalón?
encontraremos algún día el azul eléctrico que nos aniquile, o, tal vez, vivir sea nadar en las aguas de la incertidumbre, que es lo más cerquita que tenemos ay, no sé...
me ha encantaooo!
Quizás existan esos agujeros porque nos gustan esos pucheros dubitativos, con grumos, repletos de preguntas y que necesitamos remover a golpe de cucharón y bolígrafos para no despedazarnos.
Siempre me dejas colgando de una incognita, querido Roberto.
¿El bolsillo derecho siempre tiene un agujero?... enrevesado y hermoso escrito donde el final solo lo sabes tú. ¿Tal vez Walker desde...?
Roberto buen fin de semana.
Un abrazo.
Yo creo, Roberto, que es el beso que busca asilo político.
Y creo que mis pantalones
(todos)
deberían tener agujeros que son besos...
No creo tener la fortuna...
(pero voy a revisar...por si acaso)...
Me encantó!
Besos culés!
Me has recordado el cielo del oeste de Irlanda, siempre en combate consigo mismo...
Pero la existencia es la única explicación, en sí misma. Aquí y ahora. El futuro nunca será lo que iba a ser, y el pasado cambia con el futuro.
Disfruta de tu agujero, único y excepcional.
Me conformo con su existencia...
Tus dudas que ahora son también algo mias se pierden tambien en ese agujero negro, sin fin, sin fondo.Está ahó. ok? pero porque preguntarse el cuando, el motivo del mismo.. si no encontraras la explicación.Creo que todos tenemos un agujero negro en uno de nuestros bolsillos que nos acompaña cada día..ahi se deben de ir los sentimientos,las experiencias perdidas, olvidadas y en el otro bolsillo, bien cosido y rematado, cuidamos d guardar lo que nunca queremos perder, en ambos metemos la mano para asegurarnos d que estan ahi.. pero que reconfortante es meter la mano en el bién forrado.
Un beso Roberto.. es facil perderse entre tus maravillosas letras-
¿Casualidad? No lo creo...
Un saludo
Es el agujero negro que nos conecta con tu universo tan particular Roberto.
¿Cómo puedes ser tan bueno? ¿cómo puedes hacer una historia acojonante partiendo del agujero de tu bolsillo...? Ni se te ocurra cosértelo, querido.
Mis respetos y un besazo.
Es la cuarta vez que vengo Roberto a perderme en el agujero de tu bolsillo, a perderme en la lírica de tus letras, a soñar con la batalla en el cielo... Qué suerte que encontrases ese agujero.
Es fantástico, me ha maravillado.
Un abrazo
(por fin me he atrevido a comentar esta entrada! uf)
Hola Roberto!
No existe el azar. Todo pasa por algo. Y si ese agujero te sugiere tantas cosas existe para que puedas escribirlas. Seguro!
Precioso, especial y mágico post.
Un beso!
Susi
"Pensándolo bien, tal vez, mi agujero se debiera a la algazara que surge en un bulevar sucio y descarriado, gritos y besos que se beben el absenta de la noche."
Me encantó tu borrachera de suspiros ahogados
Tal vez un agujero...tal vez tu escritura. Me parece muy intensa tu relación con la escritura, misteriosa y única. Vuelvo siempre por aquí. Un beso.
Quizas es el aguerjo de la sabiduria que el te dejo
un beso
Quizas es el aguerjo de la sabiduria que el te dejo
un beso
Hola Roberto,
qué enigmático tu relato, me gustó mucho,... tal vez un agujero, tal vez una entrada, tal vez una salida...
un beso,
A partir de este justo instante, me niego a remendar esos agujeros que de vez en cuando aparecen en mis bolsillos,,,,acabo de darme cuenta que tienen un magico y extraño encanto..
Saludosss
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