domingo, 2 de noviembre de 2008

YO TAMBIÉN FUI DADAÍSTA

Emmy Hennings. Munich, 1913. Fotografía que sobresale de la hojarasca pretérita. Fantasía, pelo ensortijado. Hermosura contradictoriamente insaciable. Su mirada delimitaba el cielo y el infierno. Unos años más tarde, sus actuaciones en el Cabaret Voltaire (Zurich) eran inenarrables. Recitaba poemas mientras la multitud vociferaba y se revolcaba en la charca expresionista. Pero esos tipos no eran su verdadero público. Ella declamaba, se retorcía de dolor y de placer por los suelos, para resurgir indemne del asesinato del arte. Una y otra vez. Aquello acontecía todas las noches entre el humo y el absenta (...)
Los muertos arrecian sus aplausos. Dadá y las elucubraciones azules. Dadá y la forma de travestir a un banquero judío de entreguerras. Dadá y el arte saltando en pedazos. Agudizar vuestro oído porque un susurro presagia la detonación. A continuación, Madame Dadá nos devolverá de un aullido a la ingravidez de un sueño intrauterino que no tiene fin...

13 comentarios:

Gabiprog dijo...

Quizas conviene impregnarse de locura para adelantar a lo que corrompe lo establecido...
Algunos lo debieron sentir así hace camino del siglo...

Un abrazo.

cristal00k dijo...

Ella interpretó como nadie la libertad y el pensamiento sin ataduras de Hugo Ball. Me gusta que la rescates.
Un beso

Isabel dijo...

Debió ser una mujer fascinante. Un beso

Cynthia dijo...

Pase a leerte.. te dejo un gran beso...
gracias por compartir...

Luar dijo...

Todo lo nuevo y distinto siempre es mas dificil de entender, pero no deja de tener su beleza y merito...pena que ni siempre se lo reconozca!!!

ana. dijo...

Precioso retrato, Roberto!

giraluna dijo...

digo lo mismo que ana

fotografías preciosas las dos

la del fotógrafo que le hizo la foto

y la tuya, con tu poesía...


sabes qué? que te mando besos! mua

Duncan de Gross dijo...

Pues si, se mereceía un post, como otras tantas mujeres que también militaron en las nuevas vanguardias, y la Historia del Arte acabó olvidandolas y renegandolas al simple papel de espectadoras... En fin, muy bueno ;)

dijo...

dadaísmo alucinante.
un abrazo

la inkilin@ dijo...

Hola Roberto..soy la vecina del ático..y buscando un cigarrillo..me perdí por estos barrios..por cierto no tendrás uno..yo a cambio te invito a un café???

Lena yau dijo...

Todos somos un poco ijos de Tristan Tzara.

Me encantó tu entrada, Roberto.

El blog me gusta mucho.

Lo leeré con calma.

Gracias por pasarte y por dejarme tu lectura en palabras.

Nos seguimos leyendo!

Recibe un abrazo desde Madrid!

Godiva dijo...

Un ejemplo la verdad. Muy poco reconocida para lo que representa, alucinante, solo eso puedo decirte.

Joy dijo...

Qué hermosa es en la fotografía. Debió haber sido una mujer increíblemente interesante...

Saludos!