martes, 23 de septiembre de 2008

La chica que se escondió en la lluvia



Ella y la ciudad.

Su belleza se vierte vertiginosa


en el último trago de aguardiente

que le sobra a la noche.

Mi único objetivo, la ebriedad...

11 comentarios:

SraM. dijo...

Que no se te empañe el aliento y te impida saborear la belleza....
Un besazo

Miss Mag dijo...

Belleza "en las rocas" que le dicen

tomatita dijo...

Personalmente, no me fiaría de quien no se hubiese embriagado alguna vez de belleza y de alcohol.
Las buenas sensibilidades siempre caminan un tanto ebrias.

Besos

Anónimo dijo...

Ebrio ella será aun más bella,aunque sobrio podrías embriagarte de ella!
Me gusta como escribes Roberto,eres original!
Un abrazo!

Antígona dijo...

¿Quién no desea ese estado dionisíaco en brazos de la belleza?

Los sentidos son muy capaces de nublar el entendimiento. Que se lo cuenten si no a Paris.

Confiemos, no obstante, en que la ebriedad no traiga consigo una mala resaca.

giraluna dijo...

la chica que quiso vivir entre la lluvia...

jugar al escondite, quizá

salud! ;)

muuas!

Bambu dijo...

Me pienso marcar ese mismo objetivo este fin de semana

Anónimo dijo...

Yo me mojo de ganas para salir a secarme en un día lluvioso. Hipnotizas! tus palabras!. Tu título me tiene enamorada!

Roberto dijo...

ella era tan hermosa...

un beso para todos!

Vivian dijo...

Me gusta la palabra “aguardiente“, vuelo a los cañaverales cubanos, a mi niñez descalza, a las lagartijas sin rabos. (Cosas que quedaron del otro lado)
Cuando se pierde el objetivo, es un buen objetivo la ebriedad.
Un abrazo Roberto.

Vivian dijo...

Hip.