Me gusta escuchar la palabra “Llibertat” de la boca de Lluis Llach incluso cuando no la dice, sólo se la presiente. Suena larga, paquidérmica, medida en años luz. Existe remota como un planeta poblado de cipreses invisibles.
Si no soy libre ¿dime como coño voy a entender el rumiar incandescente del pájaro que muere entre las olas? Tengo miedo de las razones amortajadas que duermen a la intemperie y que me hagan atrofiarme, hacerme pequeño, encorvarme como un viejito que le canta boleros desesperados a la tierra. La violencia contra alguna jerarquía. Mis enemigos me susurran que mis peces de colores de cuando tenía cinco años, no están en ningún cielo, ellos se encargaron de jugar con sus ojos secos contra la pared metálica de la tristeza. Clan, clan, suenan sistemáticos para siempre. Tal vez se acabe ese maldito tintineo. Tal vez se acabe la plegaria mirando al rincón de la vida. Dicen que quedan metáforas entre la basura.
Grítame libertad con los dedos en llamas
grítamelo fuerte, proclama la abolición de la lejanía, necesito de tu hambre de revuelta, y de tu calor, necesito de tus mareas que sostienen a la luna entre la oscura dictadura de los astros…
(dímelo fuerte)
Letra de “I si canto trist”:
Jo no estimo la por, ni la vull per a demà,
no la vull per a avui, ni tampoc com a record;
que m'agrada els somrís
d'un infant vora el mar
i els seus ulls com un ram d'il·lusions esclatant.
I si canto trist
és perquè no puc
esborrar la por
dels meus pobres ulls.
Jo no estimo la mort
ni el seu pas tan glaçat,
no la vull per a avui, ni tampoc com a record;
que m'agrada el batec d'aquell cor que, lluitant,
dóna vida a la mort
a què l'han condemnat.
I si canto trist
és perquè no puc
oblidar la mort
d'ignorats companys.
Jo no estimo el meu cant, perquè sé que han callat
tantes boques, tants clams, dient la veritat;
que jo m'estimo el cant
de la gent del carrer
amb la força dels mots
arrelats en la raó.
I si canto trist
és per recordar
que no és així
des de fa tants anys.
(Letra en castellano)
Yo no amo el miedo, ni lo quiero para el mañana,
no lo quiero para hoy, ni tampoco como recuerdo;
me gusta la sonrisa
de un niño junto al mar
y sus ojos como un ramo de ilusiones estallando.
Y si canto triste
es porque no puedo
borrar el miedo
de mis pobres ojos.
Yo no amo la muerte
ni su paso tan helado,
no la quiero para hoy, ni tampoco como recuerdo;
que me gusta el latir de ese corazón que, luchando,
da vida a la muerte a la que lo han condenado.
Y si canto triste
es porque no puedo
borrar el miedo
de mis pobres ojos.
Yo no amo mi canto, porque sé que han callado
tantas bocas, tantos clamores, diciendo la verdad;
que yo amo el canto de la gente de la calle
con la fuerza de las palabras
enraizadas en la razón.
Y si canto triste
es porque no puedo
borrar el miedo
de mis pobres ojos.
LLuis LLach.