sábado, 17 de mayo de 2008

In memoriam




Este escrito se lo envié a Francisco Umbral al periódico donde siempre escribía. Fue unos meses antes de que muriese. Supongo que no lo leería. Así que este es mi pequeño homenaje al poeta de la bufanda roja...


TODOS LOS GATOS DE LA NOCHE

(A Francisco Umbral)

Perdido en la niebla de este invierno que no se rinde, ando y vuelvo sobre mis pasos. Transito, lacónico y ausente, por estas calles sin nombre, unas calles que van a dar de forma inexorable a una avenida castellana de cedros en llamas.

Hace tiempo que busco al maestro, dicen que pasea de noche, buscando el olor a hierbabuena de los jergones donde prostitutas sueñan con príncipes azules acuchillados en el inerte descampado de los días. Me han contado que a él, todavía le gusta escuchar el lento magisterio de los barrenderos, bajo la tutela glacial de Tierno, y percibir como la filosofía y la miseria se entrecruzan, caminando lentas y solidarias hacia el sumidero del anochecer. Al maestro siempre le han gustado los gatos y por eso sale de noche. Pasea hasta encontrar a todos los gatos de Madrid, y uno a uno, los va guardando entre sus libros, y ellos calentitos y enamorados por el vaivén de su prosa cegadora, le rebelan el paradero de un Hada semidesnuda, que sueña con un whisky en una mano y con el desmaquillador en la otra.

Necesito encontrarle, con su dinastía de panteras expulsadas de Siam, y que esta noche como todas las noches, irrumpirán en el velatorio de la luna a escribir en su ataúd, poesía rebelde y oscura. Sólo necesito un instante, una pequeña coincidencia; él apenas se dará cuenta, no prestará atención a una nueva sombra que vaga entre las flores y adoquines. Un segundo de vacilación y trataré de colarme en su inexpugnable mirada, meter mi cabeza y por fin descubrir cómo demonios viste la literatura, qué bebe, qué perfume usa, y sobre todo, cuál es su rostro. Necesito una cara y un nombre, para olvidarlo todo al momento, y sacrificar el sueño de un mañana sin viento, por la caricia subversiva de un verso recién imaginado.

2 comentarios:

giraluna dijo...

quizá el poeta de la bufanda roja sí que lo leyó...
lo que sí sabes es que no lo sabrás...


muuas!!

Roberto dijo...

siiii..existe alguna remota posibilidad de que lo leyese, con eso me conformo..

otro beso para ti