jueves, 5 de junio de 2008

SEIS SEGUNDOS

He soñado con un poema
que ya no recuerdo.
De lo único que estoy seguro
es que Kafka estaba allí.
Me miraba
desde el otro lado de los versos
con sus anteojos
que recalculan la fórmula sangrienta de la poesía.
El camino es largo.
Atravesando las barricadas
sueño
con ser un acróbata de la palabra...


En el rato que has leido este poema, según las estadísticas (espantosas), en estos seis o siete segundos, muere un niño de hambre en esta sinrazón llamada "planeta azul".
Propongo no dejar ni un solo segundo para el silencio, hay que llenar de poemas y de rebeldía todos y cada uno de los espacios en blanco que alimentan el olvido.¿Sólo nos queda esperar que alguien escuche nuestros aullidos...?

3 comentarios:

la cónica dijo...

Recuerdo la casa de Kafka, diminuta al otro lado del Vltava. El número 23. Es un cubículo perfecto para la venta de calendarios y otros soportes que sostienen sus palabras de forma rentable. Recuerdo vagamente.

Vagamente, también, recuerdo el eco de sus pasos en calles aledañas.

Pero lo más vivo que queda de él son sin duda sus anteojos que recalculan la fórmula sangrienta de la poesía...

Besos

Roberto dijo...

Kafka me llamaba desde la estantería de aquella librería de Lavapiés...no te diste cuenta?

la cónica dijo...

Sí que me di cuenta, sí. algo hablamos, de las metamorfosis y el proceso...