
cuando salgo de los límites de mi sombra
cabalgo perros vagabundos
que se pierden
en el horizonte.
allí llegaremos sembrando odios
que nos callamos.
una crisis de absurdidad.
un arcángel llegado del mas acá
pisotea un cigarrillo mal apagado.
las mariposas ciegas
que solo sirven para encalar
las paredes agujereadas del viento.
hacia allí caminamos. sin techo
un hálito de intemperie.
vamos callando odios.
en esa cabina abandonada
suena sin parar el teléfono
desde el primer día soleado
del mundo…