domingo, 3 de octubre de 2010

Asuntos macroeconómicos a las puertas de un paritorio

(instantánea del telecospio Hubble)


/jodidas páginas sepias del diario, no las soporto/

De ti a mi

principian los escombros subversivos

de la infancia

y los indios y vaqueros

reían

las gracias al que ordenaba

las metáforas por

rentabilidad agropecuaria

Érase una vez

una patria de ratones ciegos

que perdieron su cuarto y su queso

por la especulación inmobiliaria

Y nadie vino

a la fiesta de disfraces /solo los elegidos/

ellos trajeron

los osos de trapo con escalpelos

clavados en el tórax

Te acostumbraban

a la precariedad proscrita de los que besan

manzanas con gusano

a la usura de una lágrima

por ochenta dentelladas en

la lengua llagada de la verdad

y tienes que mirar igual

así son las cosas

(exactamente a como lo hacías entonces)

sin la furia alojada

en la camisa deshabitada

donde trigo seco

es el hambre de los pájaros

muertos

(minúsculos partisanos caídos en combate…)

10 comentarios:

Patricia García-Rojo dijo...

porque no sabemos rebelarnos

Adm Ink dijo...

La verdad es que me has dejado sin palabras, no sabría encontrar las palabras adecuadas para dejarte después de leer tu entrada.
Solo decirte que encantada de pasarme por aquí como de costumbre, leer tus palabras en tinta roja ya se ha convertido en un hábito en mi día a día.


Besos grandes, que tengas un buen día Roberto.

PD: Me ha encantado la imagen.

Chica del espejo dijo...

¡Muy bueno!

Sinceramente... ha sido un aire al gran Joaquin. Un grito a la sociedad.

:D

Laura dijo...

¡Dios! ¡Cómo las odio yo también! Y a esos parásitos. Me gusta tu forma de ver el mundo y me encanta tu forma de plasmarlo.

Saludos

Sofía B. dijo...

Pues sí, pero dicho tan bien tiene hasta belleza.

Besos

Reina dijo...

Muy fuerte esta entrada... y desgarradora... somos mansos... nos dejamos quitar y luego miramos cómo disfrutan otros con lo que nos han quitado.... y nos quedamos con la boca abierta añorando lo que en realidad es nuestro...
Quizás sea que ellos necesitan de todas esas cosas para vivir y en cambio nosotros sólo necesitamos de una brisa suave para volar como esos pájaros caídos en combate...
Un beso grande compañero...

La Senyoreta Reykjavík dijo...

Y al final ¿sabes qué?
La única palabra que no se oye es la que no se dice.
El único camino que no llega a ningún lado es el que no se empieza.
Las únicas manos que no construyen son las que se quedan una encima de la otra.
Está claro, el color sepia cada vez combina menos con casi nada y nos creemos (nos lo han hecho creer y a la larga parece que hasta nos conviene) que es imposible cambiarlo, pero empiezo a sospechar que en esto, también nos mintieron...porque a estas alturas ya no estamos hablando de matices, sino de un cambio del sistema en toda regla (ups! ¿sistema? pero si estábamos hablando de colores y tal)...no sé, al final ya se sabe, papel mojado y virgencita que me quede como estoy...

Un beso, Roberto

Lucina dijo...

Rubí es la brisa rebelde que acaricia tus versos..

un beso

Francisco dijo...

Te acostumbraban a la precariedad proscrita de los que besan manzanas con gusano...

La poesia nunca fue lo mio, pero tengo que reconocer que esto te sale muy bien... voy a estar leyendo aca por un rato...

Pasate por mi blog si tenes tiempo/ganas, o lo que sea que te mueva. Escribo cuentos, o algo asi.

Anónimo dijo...

en el camino, aunque a veces sea cuesta arriba, se avanza y... cada paso hace cambiar las cosas. yo creo que sí!!

salud-saludos

lo he releido muchas veces, muy bueno.