sábado, 7 de noviembre de 2009

Los gritos azules del sufrimiento

(por una fotografía en la que salía del palacio de justicia un viejo torturador de una dictadura cualquiera, protegido por unos cuantos polícias ante la rabia de la gente. Una lata de cocacola vuela por los aires en busca del asesino)


Probablemente ese viejo coronel lo único que recuerde de esta fotografía sea el bote de coca cola que vuela por los aires ¿Para qué recordar lo accesorio? Ni los policías pertrechados en sus uniformes verdes con sus gorras de plato, todos rodeándole diligentemente, cumpliendo con su deber, ni los gritos de los muertos, ni la cólera húmeda de la gente a las puertas del palacio de justicia, ni la canícula hiriente de ese día de verano gangrenado. El viejo torturador no recordará su pelo canoso y engominado, su soledad, su rostro azulado, su camisa azul, las voces también azules que vienen del fondo del mar. No se recordará asustado y cobarde, ausente, mirando hacia la nada de sus zapatos manchados de sangre. Mojado, zarandeado, camino de un “vía crucis” sucio donde se rememoran las balas de carabineros somnolientos disparando al relente rabioso de un chaval de diecisiete años. ¿Y para que recordar el daño colateral causado a la aurora? De esa fotografía el coronel se quedará con el bote de coca cola ribeteando el aire también azul con multitud de gruesas gotas doradas, a modo de papel de fiesta y confetis, y él subido en su imaginario y delirante Cadillac descapotable, atravesando ante el fervor del pueblo la quinta avenida de los salvadores de la patria…

10 comentarios:

Gabiprog dijo...

Patria, que poco me gusta esa palabra, y que poco significado se le ve desde el cielo.

Un abrazo

Lucina dijo...

Se sienten tanto estas palabras..
Llora el Río de la Plata.

Un beso

Reina dijo...

Casi puedo verlo... tu descripción es tan real que, como decís, puede ser de una dictadura cualquiera, porque todos son iguales...
Mejor no digo más... lo tuyo ya dice todo...

ana. dijo...

Este es un azul distinto a mis azules, es el azul de la vergüenza y de la infamia. Es un azul de voces que aúllan cautivas de la ausencia...

Roberto, te dejo un enlace a propósito de tu post: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-134585-2009-11-03.html

Un abrazo

Patricia García-Rojo dijo...

siempre me estremeces

Laura dijo...

Tantos dictadores que aún sigues impunes ante una sociedad que, en su mayoría prefiere mirar para otro lado e ignorar lo que ocurrió. Y al final, un bote de cocacola es el que tiene el protagonismo.

Un saludo

giraluna dijo...

me entró frío, Roberto, al leerlo.

hay que ver qué aleatorio puede ser lo accesorio...

un beso.

charlotte dijo...

Qué impotencia y que rabia me dá...

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Tu texto maravilloso, abrazo grande Roberto, beso.

Anónimo dijo...

las patrias están manchadas de sangre..

malayerba23 dijo...

En el país donde nacimos nosotros también se ha derramado demasiada sangre verdad Rober? pero aún nadie se ha atrevido a lanzar nada y los criminales siguen saliendo en la Tv sonrientes y se los aplaude o les dan altos cargos en empresas multinacionales........... y entre unos y otros ( los de arriba) quieren echar al olvido la sangre de nuest@s abuel@s , aquell@s que se levantaron un día con ganas de cambiar la realidad miserable y déspota...........
Pero claro inocente de mi, cómo van a lanzar un bote contra los criminales........ si son sus padres y abuelos.....
Un abrazo libertario. Salud