martes, 15 de noviembre de 2011

en los bolsillos, un laberinto

"Érase una vez París" 2003- Alberto García Alix

y
el alma menstruada
pariendo belleza
sobre la cartografía arrugada de mis sueños

me guardo rescoldos bolitas de alcanfor
lenitivos con sabor a fresa
el tapón de una bañera  
me guardo
la culebra de agua
en el cesto de la ropa sucia

a las siete me desdigo y
follamos con la amargura callada
de los sepultureros

un libro un campo de minas
una carretera vacía
donde Kerouac planta el opio para los apóstoles
de la destrucción…

y la cuerda que se sostiene en el aire
bajo los alaridos de los niños
que apenas saben lo que es el rencor… 


12 comentarios:

Noriako Agashashi dijo...

wow! Me fascino!, en verdad! Lo encuentre un buen escrito, me perdí entre las líneas leyendo. :)

A propósito, te invito a leer, dos escritos que subí:

el Primero:
"The Broken Smile of a Last Song"

y el Segundo:
“La tenue luz del faro, de la sombra errante..."

Espero que disfrutes ambos.

atte.

Noriako Agashashi

Noelia Palma dijo...

bueno, realmente el texto es muy bueno, extraigo lo que más me gustó



a las siete me desdigo y
follamos con la amargura callada
de los sepultureros

Anónimo dijo...

Un verdadero laberinto de sensaciones. Me encantaron los versos de “follar como los sepultureros”, quién sabe, por ahí es un desborde de espiritualidad y no es tan amargo. A veces los cementerios contienen la magia etérea de lo inverosímil.
He venido en varias oportunidades, sí, esperaba un nuevo post. Debí dejar señales, pero a veces ando mustia-callada (y aunque no folle a lo amargo) media sepulturera. (Me río)
No me hagas mucho caso, qué sé yo.
Un beso Roberto.
La musa confusa

Reina dijo...

No guardaría el tapón de una bañera en mi bolsillo... pero siempre me gustaron esas cadenas a las que los tapones vienen sujetos... :)
Quién no tiene un laberinto en el bolsillo con todas las cosas que guardamos en él...
Me gustó ese título... quizás hasta más que el poema... ;)

Una dijo...

Se te echaba de menos ya (y no sólo a tus poemas).

Peor veo que vuelves con energía renovada y con más ganas y más poeta que nunca.

"En los bolsillos, un laberinto" ahí es nada.

A cada frase un poema, ése es tu secreto. Con un sinfín de interpretaciones, cada uno con la suya mientras follan con la amargura callada de los sepultureros. Genial.

Además, es contagioso y al leerlo no puedes evitar ponerte en situación y sentir nostalgia y desesperanza por algo que ya no sabes si es o fue.

Me ha encantado.

Jota dijo...

Realmente, escribes de maravilla. Cada frase es una imagen potentísima, de la castografía arrugada de tus sueños a esa inquietante culebra de agua en el cesto de la ropa sucia. La foto de Alberto García-Alix magnífica también.

Un abrazo.

Vagamundo dijo...

Uno hasta se vuelve necrófilo ante semejantes versos de muerte...

(* dijo...

Siempre había pensado en los bolsillos como un lugar seguro, como ese pedazo de tela cosido donde guarecer a las manos del frío, o donde guardar lo que quiere protegerse O asirse con firmeza sin que nadie pueda verlo. Nunca como un labetinto. Y ahora, sin embargo, no puedo dejar de imaginarme unas manos hurgando en cada una de las encrucijadas secretas de tus bolsillos, los dedos largos que no tengo enredándose a los versos latentes de este poema, haciéndose un lío con el desasoiego. Tiene que haber salida, me digo. Todos los laberintos deberían tener una.
Un abrazo.

eMiLiA dijo...

Cierto, los niños apenas saben lo que es el rencor. Yo, por mi parte, soy una niña memoriosa - no rencorosa -

:)

Abrazo!

Lila Biscia dijo...

(...)
todo eso, para lo que no alcanzan las palabras. todo eso, es lo que genera tu poesía.

besos.

María dijo...

Me gusta la imagen y las letras que acompañan.

Un beso.

Crista de Arco dijo...

un libro un campo de minas
una carretera vacía
donde Kerouac planta el opio para los apóstoles
de la destrucción…

Te aplaudo. Lisa y llanamente. Kerouac junto a Ginsberg, son algo así como mis gurúes...

Un beso o 2 #