sábado, 1 de octubre de 2011

donde las pieles dialogan...

Fotografía de Javier Campano

tengo miedo de que mi mano derecha
se vuelva invisible
y ya no recuerde
la manera de acariciar las palabras
(ese respirar asustadas
sobre el suelo del invierno)
no hay otra forma
de amar
sino toco la tierra
y presiento la desnudez de la luciérnaga 

/miedo/
puede ser mi voz
que ya no acompase
el resuello de una criatura perdida
en el vientre salvaje de la cama…   

13 comentarios:

Noelia Palma dijo...

ayyy
mencanta

Lunna dijo...

Las pieles siempre encuentran ese rescoldo, por donde pueden penetran para acariciar la voz de los cuepos desnudos en la cama.
Precioso poema, un placer descubrir y pasear por tu blog.

Besos.

Lunna.

Mónica dijo...

Muy muy bueno el blog.
Abrazos

gloria dijo...

Con poemas como éste ¿cómo se va a olvidar tu mano derecha de nada, poeta? Qué maravilla...

Me has emocionado más que de costumbre y mira que es difícil... Sabes que en mi blog, tengo los poemas que me han regalado otros bloggeros para que me acompañen siempre. Y alguno que otro, lo he pedido prestado. Compañero, con tu permiso, este poema irá a mi mundo raro...

Gracias por escribir así,

Te beso,
Gloria.

Lila Biscia dijo...

pura belleza y melancolía, roberto.

abrazos.

L.

The Gossip Eye dijo...

Conozco la fotografía de Javier Campano.
Un blando y negro impecable, verdad?

Igual que tus palabras rojas...

no hay otra forma
de amar
sino toco la tierra
y presiento la desnudez de la luciérnaga


IMPECABLE.

m u a a a k

rodri dijo...

Sublime, hermano...
aunque no lo parezca, estoy y vengo, desde lejoscerca...
te abrazo y acompaño

Vagamundo dijo...

Sabes manejar con cura las palabras, para que los ojos las sigan acariciando. Tal vez eso no ahuyente el miedo, pero ayuda a domesticar las sábanas devoradoras de luz.

eMiLiA dijo...

"Miedo del amor y no saber amar."

Ese es el mío.

Abrazo.

Divina nena dijo...

Dialogan, discuten, se arreglan de nuevo. Hermoso texto, el miedo... la piel, la tierra. Muy hermoso. Gracias siempre

charlotte dijo...

Ay Roberto! que belleza, me hiciste llorar! -soy una mujer sensible- que maravilloso es leerte y no sentirse tan solo. Abrazo grande!

Laura dijo...

Que el otoño no enfríe tus ganas de escribir.

Un saludo.

Marián dijo...

¿Yo?...
Yo soy la palabra...

Me ha encantado todo lo que he leído...
¡Precioso¡...